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El Papa confiesa que «ha pasado momentos apáticos y aburridos en la vida sacerdotal»

Lavará los pies a 12 discapacitados entre los que figuran varias mujeres, personas extranjeras y un musulmán

El Papa confiesa que «ha pasado momentos apáticos y aburridos en la vida sacerdotal» EFE

juan vicente boo

En una conmovedora homilía autobiográfica, el Papa Francisco invitó a los sacerdotes a custodiar y repartir el tesoro de la alegría «incluso en los momentos de tristeza, en los que todo parece ensombrecerse y el vértigo del aislamiento nos seduce».

El Papa les aseguró que «incluso en esos momentos apáticos y aburridos que a veces nos sobrevienen en la vida sacerdotal, y por los que yo también he pasado, el pueblo de Dios es capaz de custodiar la alegría, de protegerte, de abrazarte, de ayudarte a abrir el corazón y reencontrar una renovada alegría».

La Misa Crismal -así llamada porque se bendicen los santos oleos que serán utilizados para el bautismo, la confirmación y la ordenación de sacerdotes- giró en torno «al gran regalo de la alegría sacerdotal» precisamente en el día que se festeja la institución del sacerdocio por Jesucristo en la Última Cena.

Alegría misionera

Con la autoridad de su larga experiencia, el Santo Padre insistió en «compartir y recalcar especialmente» un punto central: «La alegría del sacerdote esta en íntima relación con el santo pueblo fiel de Dios porque se trata de una alegría eminentemente misionera».

La alegría se refuerza con la ayuda de «tres hermanas»: la pobreza, fidelidad y obediencia, de la que puso como ejemplo a «Nuestra Señora de la Prontitud», recordando que María emprendió viaje con prontitud para ir a ayudar a su prima Isabel en cuanto se enteró de que estaba embarazada, y también «está atenta a la cocina de Caná, donde falta el vino».

Según el Papa, esa «disponibilidad del sacerdote hace de la iglesia casa de puertas abiertas, refugio de pecadores, hogar para los que viven en la calle, casa de bondad para los enfermos, campamento para los jóvenes, aula para catequesis de los pequeños de primera comunión…».

En una clara invitación a una vida de servicio a los demás, el Papa pidió al Señor «que haga descubrir a muchos jóvenes ese ardor del corazón que enciende la alegría apenas uno tiene la audacia feliz de responder con prontitud a su llamado».

Cena del Señor con discapacitados

Por la tarde, el Papa celebrará la misa de la Cena del Señor en una residencia para ancianos y discapacitados.

Lavará los pies a Osvaldinho, de 16 años, nacido en Cabo Verde y que es parapléjico; a Samuel, de 66, víctima de la poliomielitis ; a Daria, de 39, enferma de tetraparesia espástica de nacimiento; a Hamed, de Libia, que tiene 76 años y es musulmán; a Giordana, una etíope de 27 años aquejada de parálisis infantil y epilepsia

Como siempre, Francisco dará ejemplo personal. En este caso, de la alegría y el servicio del sacerdote en medio de los fieles más necesitados.

El Papa confiesa que «ha pasado momentos apáticos y aburridos en la vida sacerdotal»

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