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Diez propuestas para el rescate del sistema educativo

Expertos, profesores, padres, políticos y sindicatos exponen las principales falencias del modelo y proponen soluciones

Diez propuestas para el rescate del sistema educativo isabel permuy

manuel trillo/a. carra

La sociedad pone deberes al sistema educativo. Expertos en educación, profesores, rectores de universidad, padres, alumnos, sindicatos y responsables políticos exponen sus propuestas para rescatar al actual modelo de la pobre situación en que se encuentra.

1. «Responsabilidad, calidad y equidad»

La portavoz de Educación del PP en el Congreso, Sandra Moneo, explica que el actual sistema «continúa envuelto en una falsa comprensividad, iniciada en la Logse y reeditada por las posteriores leyes socialistas». «Es rígido, uniforme y no se adapta a los intereses y aptitudes de los alumnos. No resulta atractivo. Y el resultado es que España soporta una tasa de abandono que dobla la de la UE», señala la diputada, para quien las soluciones pasan un «sistema de calidad más flexible y capaz de elevar el nivel de conocimientos de los alumnos, detectar sus problemas y aplicar las medidas precisas».

«Un sistema transparente que conjugue la rendición de cuentas con los principios de calidad, libertad y equidad. Además, resulta imprescindible abordar un nuevo modelo de selección y carrera docente, porque sin el profesorado y la sociedad no es posible mejorar la Educación», añade.

2. «Basta con salir fuera y mirar lo que funciona»

Para Antonio Villar, coordinador de «PISA 2009 y el sistema educativo español» los elementos para «conseguir una buena Universidad están claros porque ya lo hemos hecho en otros ámbitos». «Es curiosa la asimetría --indica-- entre lo progresado en investigación y el estancamiento en la evolución de las universidades. Sin inventar nada, porque no hay más que salir y mirar lo que funciona bien, necesitamos una financiación por objetivos, donde las universidades se responsabilicen de sus resultados en términos de investigación, docencia y transferencia; acabar con la endogamia y que ningún doctor formado en una universidad pueda ser contratado si no ha obtenido antes una plaza en otra; fomentar la movilidad y la excelencia, apoyando a los mejores equipos de investigación; ahondar los mecanismos de conexión entre los estudiantes y la empresa; racionalizar la oferta de títulos universitarios; y acabar con el burocratismo que se ha introducido con la excusa de Bolonia».

3. «¡Ya está bien de aburrirles en clase!»

Juan S. Barrero, profesor de Instituto y premio Giner de los Ríos asegura que en el sistema educativo español «no se da la importancia a las materias instrumentales de matemáticas y lengua , sobre todo a la lengua y a la comprensión lectora». Los alumnos «no entienden lo que se les pregunta. De qué sirve las secciones bilingües si no entienden siquiera el castellano", asegura.

Además señala que «se está dando un proceso de segregación dentro de los propios colegios muy preocupante. En las secciones bilingües, que requieren un mayor esfuerzo del alumno, es a donde los padres con mayor nivel de estudios o implicación están mandando a sus hijos, y se están obteniendo buenos resultados gracias al apoyo de los padres a sus hijos. Pero en el caso de las secciones no bilingües, que es a donde están llendo los niños cuyos padres no pueden dedicarle ese esfuerzo extra, se están produciendo unas tasas de fracaso alarmantes. Esos alumnos que no pueden contar con el apoyo de sus padres deberían tener un refuerzo, tal y como estaba previsto en el plan PROA, que no tienen».

Asimismo explica que «no hay suficientes profesores especializados porque no hay dinero para pagarlos». «Además, el curriculo actual es demasiado extenso. Para cumplirlo te ves obligado a dedicarle menos tiempo a que todos los niños sean capaces de expresarse y de redactar correctamente. Los profesores están demasiado atados con el programa, debería ser más flexible».

Por último señala que «hay que reducir los alumnos por clase, de 25 a 20, hay que reducir los progrmas, no quitando materias sino repartiendo de modo racional la carga curricular en todos los niveles educativos. Hay que tener más prácticas de las materias y un papel más participativo de los alumnos en el aula». «Si trabajas esos aspectos, no te da tiempo a dar ni la mitad del programa. Ya está bien de aburrir a los alumnos en clase. Así es imposible que aprendan de verdad», añade.

4. «Hay que superar el modelo industrial»

Nieves Segovia, presidenta de la Institución Educativa SEK, explica que «nuestro sistema no necesitaba una reforma, sino una profunda transformación que abordara todas sus variables desde una perspectiva renovada», asegura Nieves Segovia. A juicio de la presidenta de la Institución Educativa SEK, «una nueva ley era una oportunidad histórica para facilitar el tránsito de la vieja escuela industrial al modelo que exige la sociedad del aprendizaje y que merecen nuestros alumnos».

Pero un cambio tan profundo, sostiene, «sólo es posible con el concurso de todos los agentes educativos y sociales». «Es imprescindible altura de miras por parte del sector, la Administración y la sociedad para superar diferencias que nada tienen que ver con las necesidades de nuestros alumnos. Olvidamos que es su única oportunidad», asegura.

5. «Para muchos, solo existe PISA»

El portavoz de Educación del PSOE en el Congreso, Mario Bedera, asegura que «quienes nos dedicamos a la Educación conocemos los puntos débiles y también los fuertes de nuestro sistema educativo, que son más; pero para muchos sólo existe PISA, un informe hecho por economistas de la OCDE cada tres años. Para mejorar nuestra Educación, no los datos de PISA, habría que partir de un diagnóstico compartido, consensuar las medidas de mejora y apoyarlas», señala Bedera.

El PSOE hizo todo esto junto al PP en el pacto de Estado por la educación propuesto por el ministro Gabilondo; todo, salvo recibir el apoyo final que el PP rechazó dar por razones electoralistas», sostiene.

6. Correlación entre formación y empresa

La patronal y las multinacionales de recursos humanos coinciden que el gran fallo del sistema está en la falta de correlación entre formación y empresa. Jesús Núñez Velázquez, presidente de la Comisión de Educación y Gestión del Conocimiento de la CEOE asegura que «educación, competencia y empleabilidad son conceptos imprescindibles para impulsar la competitividad. Los últimos datos de PISA muestran que debemos dotar a los alumnos de habilidades para que sepan aplicar los conocimientos. No importa cuánto saben sino qué hacen con lo que aprenden».

Luis Pérez, director de relaciones institucionales de Randstad dice que «para una mejor inserción laboral de nuestros estudiantes, se debería reducir el desfase temporal desde que la empresa demanda algo y la universidad se especializa en ese aspecto. Es necesario que haya una correlación directa y real entre las habilidades y aptitudes que requiere la empresa y la formación que imparta el modelo universitario. La preparación debería ser más práctica».

7. Contenido básico y formación en valores

Para Luis Carbonell Pintanel, presidente de Concapa, «un fallo importante en la educación española empieza en las etapas educativas de Infantil y Primaria al no dedicar más tiempo a desarrollar las competencias en Lengua y Matemáticas , esenciales para edificar sobre ellas el resto de conocimientos. Se necesitan menos asignaturas y más contenido básico».

Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de Cofapa, aboga «por la libertad de elección de centro y por que la aportación de las familias no sea testimonial, sino una colaboración eficaz con los profesores». Desde Ceapa, su presidente, Jesús María Sánchez, reclama «mecanismos para que la interrelación entre profesor, padre/madre y alumno sea real y efectiva. Los procesos de enseñanza deben actualizarse para motivar a profesores y alumnos, buscando siempre una formación integral del alumno, basada en valores fundamentales de justicia, solidaridad, tolerancia, sentido crítico».

8. Selección y evaluación más rigurosas

Javier Las Palas, profesor de la Universidad de Navarra, señala que el sistema universitario «forma a muchos más titulados de los que puede absorber el mercado laboral, por lo que se debería racionalizar su tamaño y crear instituciones en las que tanto la selección como la evaluación de estudiantes y profesores fuesen muy rigurosas».

Virgilio Valdivia, doctorado en 2013 en Ingeniería Eléctrica, Electrónica y Automática por la Universidad Carlos III de Madrid, advierte que «estamos a la cola en capacidad de resolución de problemas porque el razonamiento no se ejercita de manera rutinaria desde edades tempranas. Necesitamos más acercamiento a problemas industriales -reales y actuales- durante las clases».

9. Contar con profesores y familias

Nicolás Fernández, presidente de ANPE, asegura que nuestro sistema «precisa reconocer al alumno como protagonista de su aprendizaje y también un profesorado bien seleccionado , formado y valorado».

Adrián Vivas Galán, presidente del Sector Nacional de Enseñanza de CSI-F, tiene claro que el problema radica en que «las leyes educativas son diseñadas y aprobadas por los políticos, sin apenas dar participación a los profesores»; mientras que desde CC.OO, su secretario general de Enseñanza, Francisco García Suárez, asegura que «debemos garantizar la atención a la diversidad del alumnado, priorizar una formación permanente que permita el reciclaje del profesorado y garantizar la implicación de las familias».

Carlos López Cortiñas, secretario general de FETE-UGT, puntualiza que «no podemos obviar los informes PISA, pero tampoco crear alarmismo. En las pruebas que evalúan las competencias estamos mejor, aunque es cierto que bajamos en la resolución de problemas».

10. «No somos un país culto de siempre»

Para Manuel López, presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades (CRUE) explica que el sistema universitario necesita más movilidad de su profesorado para salir de la endogamia, sin embargo, puntualiza que para ello son necesarios más recursos económicos. "Si se quiere atraer a un investigador hay que garantizarle que pueda montar su equipo de trabajo. Si no, es imposible que nadie se mueva", señala.

También plante la necesidad de mejorar la conexión de la universidad con el mundo empresarial. "Ahí están las cátedras de empresa. Lo que necesitamos es más apoyo oficial para crear campus de excelencia y plantas de investigación conjuntas. También hacen falta más profesionales implicados en la Universidad", apunta.

El presidente de la CRUE explica que pese a que en «España tenemos buenos profesores» todavía existen «carencias en la formación permanente». «Pero hay una cuestión en la educación preuniversitaria que es incuestionable, y es que nos olvidamos del nivel cultural y educacional de nuestros adultos, que es fundamental para elevar el nivel de los estudiantes de hoy. No somos un país culto de siempre», añade.

Ante la escasez de universidades españolas entre las 100 mejores del mundo, López asegura que teniendo en cuenta que existen «17.000 universidades en el mundo» tener «una en el puesto 164 o varias entre las 200 primeras no es precisamente un fracaso».

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