El Papa condena el asesinato de un niño italiano de tres años, calcinado con su abuelo en el coche
Libera palomas de la paz y pide «evitar cualquier acción violenta» en Ucrania

En un clima de alegría por la llegada de la “Caravana de la Paz”, el Papa Francisco asistió divertido a la liberación de dos palomas blancas por una niña y un niño de la Acción Católica de Roma y pidió “diálogo constructivo entre las instituciones y la sociedad civil” en Ucrania, “evitando cualquier acción violenta”. Era un mensaje para las dos partes en conflicto.
Pero la violencia real están mucho más cerca, incluso en Italia, y el Papa condenó el asesinato, el pasado lunes, de un niño de tres años, Cocó Campolongo, asesinado junto con su abuelo materno y la compañera sentimental de éste. Posteriormente, los criminales prendieron fuego al coche en que aparecieron los tres cadáveres calcinados. Es una modalidad de asesinato salvaje que constituye la “firma” de la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa, más poderosa y despiadada que la Cosa Nostra siciliana. El pequeño Nicolás, “Cocó” había nacido y se había criado en la cárcel, donde permanecen ingresados tanto su madre como su padre.
Ante una plaza de San Pedro rebosante de fieles para el rezo del Ángelus, y especialmente alegre por la presencia de los muchachos de Acción Católica, el Papa hizo notar que “Jesús no comenzó su misión en Jerusalén sino en Galilea, una zona periférica, despreciada por los judíos observantes”. Galilea, con su diversidad racial, cultural y religiosa, “se parece mucho al mundo de hoy, con la presencia de muchas culturas necesitadas de dialogo y encuentro”.
Comentando el relato evangélico de la llamada de los primeros apóstoles “en su lugar de trabajo, en la orilla del lago, pues eran pescadores”, el Papa añadió que “también en este momento, aquí, el Señor pasa por esta la plaza, y si alguno de vosotros nota que el Señor le mira, que le está mirando, y escucha que el Señor le dice ‘sígueme’… ¡que sea valiente! ¡que vaya con el Señor! El Señor no decepciona nunca. Escuchad en vuestro corazón si el Señor os llama a seguirle”.
El Santo Padre recordó también a los enfermos de lepra en la Jornada Mundial contra esa enfermedad “que golpea todavía muchas personas en condiciones de grave miseria”, y felicito el Nuevo Año lunar a los “chinos, coreanos y vietnamitas” que están celebrando esta fiesta.
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