Aumenta la presencia de prostitutas españolas en Suiza
En los anuncios breves de los diarios locales cada vez es más frecuente leer los nombres de Inés, Carmen, Ana o Paloma
Las prostitutas suizas protestan porque en los últimos tres años la afluencia de prostitutas de países europeos en crisis, principalmente españolas, ha provocado una caída de los precios por este tipo de servicios que amenaza seriamente los confortables ingresos que hasta hace poco tiempo garantizaba esta actividad que no está prohibida en tierras helvetas.
En los anuncios breves de los diarios locales y en los portales de la prensa especializada cada vez es más frecuente leer los nombres de Inés, Carmen, Ana o Paloma. El número de trabajadoras del sexo de origen español en Suiza se ha multiplicado por cuatro durante los últimos tres años y este aumento de la oferta ha hecho caer las tarifas de 90 hasta 25 euros por pase de quince minutos.
Este importante éxodo de mujeres hacia la Confederación Helvética, considerada como uno de los Eldorados de la prostitución, ha sido fomentado por los atractivos anuncios que regularmente publican, en los rotativos nacionales de mayor tirada, las agencias suizas especializadas en el comercio del sexo prometiendo facilidades que van desde el alojamiento a la promoción.
Ingresos diarios de hasta 900 euros
La región de suiza de habla francesa, por su alto nivel de vida y por el carácter internacional de su población, es la que atrae al mayor número de jovenes prostitutas españolas. La mayoría de ellas tienen alrededor de veinte años, no hablan francés y viajan a Suiza porque no tienen perspectivas profesionales en España. Sus ingresos diarios pueden alcanzar 900 euros.
Esta actividad se ejerce dentro del marco legal de la ley entrada en vigor en mayo de 2010 sobre la prostitución, la cual permite ejercer actos sexuales o de tipo sexual con un número determinado o indeterminado de clientes y de recibir por ello una remuneración. Con una simple demanda vía internet se puede ejercer esta actividad legalmente en Suiza.
Únicamente en el cantón de Ginebra la policía identificó en 2011 a 4140 mujeres frente a 800 en 2008. Cifras que no ilustran la amplitud de este fenómeno ya que muchas prostitutas operan en la clandestinidad. Además, durante tres meses las prostitutas extranjeras no tienen que pagar impuestos y trabajan en condiciones de seguridad ventajosas comparadas con las de otros países.
Dea acuerdo con la directora de la asociación «Fleur du Pavé», especializada en el acompañamiento de las trabajadoras del sexo, las prostitutas de nacionalidad españolan encabezan las lista con la particularidad de que muchas de ellas jamás se habían prostituido con anterioridad y aterrizan en los salones de masajes y agencias de escolta en busca del dinero fácil imposible de ganar en su país.
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