El paracetamol no es mejor que el placebo para el dolor de espalda

El paracetamol no es mejor que el placebo para acelerar la recuperación de los episodios de dolor lumbar agudo o para mejorar los niveles de malestar puntual, sueño o calidad de vida, según confirma un estudio australiano, el primero aleatorio en comparar las dos opciones. Los resultados de la investigación, publicada en la revista « The Lancet », pone en cuestión la recomendación universal de este medicamento como primera opción analgésica para las molestidas de espalda.

Las guías clínicas recomiendan el paracetamol como la primera opción analgésica frente el dolor lumbar, a pesar de que no hay estudios previos con suficiente evidencia sobre su eficacia.

Para llevar a cabo el estudio se reclutó a 1.652 pacientes, de una media de 45 años, con dolor lumbar agudo, pertenecientes a 235 centros de atención primaria de Sydney, Australia. Durante cuatro semanas, recibieron paracetamol tres veces al día (el equivalente a 3.990 mg por día), paracetamol según necesidad (máximo 4.000 mg/día), o placebo. Posteriormente, se les hizo un seguimiento durante tres meses.

No hubo apenas diferencias entre el número de días de recuperación entre los grupos de tratamiento, aunque el grupo de placebo lo hizo un día antes (la media fue de 17 días en el grupo que recibía dosis regulares, 17 días, entre los que lo tomaban según la necesidad, y 16 días en el grupo de placebo).

«Los analgésicos simples como el paracetamol podrían no ser lo más indicado para el dolor lumbar agudo», afirma el doctor Christopher Williams, del George Institute for Global Health en la Universidad de Sydney, en Australia, y autor principal del estudio. «Los resultados sugieren que necesitamos reconsiderar la recomendación universal de recetar paracetamol como tratamiento primordial para el dolor de espalda, aunque habría que investigar por qué funciona para otro tipo de dolores y no para este, de cara a encontrar tratamientos más eficientes», añade.

En un comentario relacionado al artículo, Bart Koes and Wendy Enthoven, de la Facultad de Medicina de Rotterdam, Países Bajos, aplauden el estudio, pero consideran que serán necesarios más estudios para justificar un cambio en las recomendaciones médicas.