Julio Medem: «Se ha creado una leyenda negra sobre el cine español que es injusta y dura»
El cineasta, que ha rodado un corto publicitario porque «el dinero viene muy bien entre película y película», asegura que «está bajando el nivel de exigencia del público español» porque «solo se le está dando un tipo de cine»

Hay algo totémico en la figura de Julio Medem (San Sebastián, 1958), un halo de genio desfigurado que hace que algunos de los que lo destripan en público lo alaben en privado, y viceversa. Su mirada de autor, su filmografía y su carácter outsider lo convierten en un cineasta imprescindible para entender qué ha hecho el cine español los últimos 25 años. O mejor: para entender por qué algunos de los nombres que irrumpieron con la fuerza de un tsunami en los 90 acabaron generando inquina entre cierto sector de espectadores. «El público que yo tenía entonces, que era joven como yo, o un poco más mayor que yo, pues claro, ya va poco al cine… Y yo también soy más mayor y he cambiado, por supuesto. No voy a echar solo la culpa», se confiesa el cineasta, que ha presentado un corto publicitario para una empresa de cervezas -«el dinero viene muy bien entre 'peli' y 'peli'»- y descubre con terror que Filmaffinity lo ha incluido al nivel de «Mama» o «Los amantes del círculo polar»: «Mi filmografía es mi filmografía, ahora no voy a decir nada, pero ya me encargaré de que mi obra esté libre de publicidad».
¿Por qué una figura como Julio Medem dice sí a una película publicitaria?
Yo ya había hecho unas cuantas, no muchísimas pero sí unas cuantas. La verdad es que está bien, me gusta el hecho de poder, teniendo en cuenta que es una película publicitaria, utilizar lenguaje cinematográfico. O una película cinematográfica que tiene dentro una marca, a la que le sienta bien que haya una historia de ficción a su alrededor.
Y hacer un corto para una marca, como ha hecho usted o recientemente Daniel Sánchez Arévalo. O si nos alejamos más, hasta Bigas Luna… ¿Qué aporta a un cineasta?
Evidentemente el motivo inicial es el dinero, claro. Pero ya que lo haces, si además te dejan ser libre… Claro, yo también he experimentado un poco, he hecho algo para mí experimental, he jugado. Para mí es también como un aprendizaje. En este sentido me ha gustado mucho hacerlo. Aportar, aporta mucho. Yo en publicidad he hecho campañas... Me gustan mucho aquellas en las que me han dejado libre. Hay algunas en las que claro, es así, tienes que hacer un poco lo que te digan porque te pagan y ya está, tienes que aplicar el buen gusto en los encuadres y punto. Pero en general me han dejado libre. Y esta es la mejor en el sentido en el que me han dejado más libre.
Ese diálogo parece una crítica contra el fenómeno de los «apellidos». ¿Lo es?
No, no intencionadamente. Uno puede pensarlo en la medida de que está la broma de «el guión me parece un poco flojo». Pero te digo que a mí, como el cine me parece muy abierto y que se puede hacer desde muchos sitios, me gustó, me hizo gracia. En «Ocho apellidos vascos» está clarísimo lo que proponen y lo consiguen. En el fondo cada autor, cada director, propone algo. Si el espectador entiende que lo que estás proponiendo lo consigues, pues muy bien, pero no te pueden exigir lo que no has propuesto. A veces de lo que yo me quejo es de que exijan que mi película sea lo que no he querido que sea. Yo reivindico el cine que yo sé hacer, que es el mío, pero otros pueden hacer el suyo. Yo pongo mi ojo, miro y desde ahí cuento mis historias. Pero cuando ves que van a hacer una película sobre tópicos...
¿Es bueno o malo?
Me parece bien que haya todo tipo de cine, el problema es que cada vez, con el tiempo, el público está cambiando y las televisiones se alejan más del cine de autor y están potenciando un tipo de cine solo de comedia.
No sé si ha visto que en Filmaffinity incluyen «El pelotari y la fallera» entre su filmografía como un corto más...
No lo había visto. Es decir, mi filmografía es mi filmografía, esto es un trabajo de publicidad y hay que dejarlo bien claro. Aunque esto es un poco distinto, porque les convencí para hacer una película, en fin.. Están muy contentos, está muy bien, y tiene algo como osado y novedoso, pero bueno mi filmografía es mi filmografía, ahora no voy a decir nada, pero ya me encargaré de que mi obra esté libre de publicidad.
Ha hablado de las televisiones, ¿es posible que algún día una marca respalde una película y no solo un corto publicitario?
Claro, sería estupendo. Las televisiones están marcando mucho el cine que se hace, y es una pena. Y ojalá también que haya, o hecho en falta, que España se ofrezca como lugar de rodaje para películas internacionales. Tenemos sitios, paisajes muy variados.. Se está haciendo por Comunidades pero España, no sé por qué, no se ofrece. Tenemos un ministro que se ha obcecado en el no, es algo personal que no entiendo. He visto estudios de Fapae que dicen que sería muy rentable para España, para Hacienda y para todos tener unas deducciones fiscales de un 40 o hasta un 60 por ciento. Por no decir de bajar el IVA cultural al 8 por ciento... Aquí se sabe que si bajas la entrada de cine a tres o cuatro euros se llenan. Lo cual es muy evidente: si bajas el IVA sería mucho más rentable, pero por alguna razón no ven una necesidad de bajarlo. Luego está lo de la Ley de Mecenazgo, que también hace falta.
Ayer, Marta Rivera, presidenta de la Comisión de Cultura del Parlamento hablaba de esto, de la necesidad de potenciar una industria cultural...
Por supuesto, esto puede dar mucho dinero. Y lo que hablábamos antes, va a cambiar, y lo sé, porque dentro del PP hay gente que le gustaría que esto cambiara. Es muy complicado arrancar un proyecto cinematográfico, tiene que haber una ayuda económica, pero claro, esta ayuda luego hay muchas maneras de devolverlas, esto se entiende. Siempre y cuando se potencie bien. TVE, por ejemplo, debería promocionar más las películas de las que ha comprado los derechos de antena. Hay una diferencia enorme entre una película que está producida por Mediaset, que hacen unas campañas brutales, y que hacen que todas sus películas hagan un millón de espectadores. Sin embargo TVE no lo consigue, no sé por qué...
¿No parece que todas las últimas grandes producciones están cortadas por el mismo patrón? ¿Qué se podría hacer?
Sí, pero también se vende nuestro cine fuera de España. Algunos tenemos la suerte, y yo empecé con «Vacas», que no hace nada de taquilla en España pero sí fuera, y que se vendió muy bien. También con «Mama» ha pasado, que aquí ha ido floja y fuera es impresionante. España podría hacerlo. Dentro del PP hay gente, y creo que va a ocurrir, se van a dar pasos, quiero confiar, porque tienen que gobernar un poco en coalición. Incluso ahora, con el tema del IVA, resulta que damos cuatro veces más de lo que se recibe. Las famosas subvenciones… Pregunta en Italia, Francia, Alemania, que dan 600 ó 700 millones, y aquí sin embargo solo 77… Es poquísimo. Está claro que hay que dar más. Para arrancar un proyecto hace falta dinero, y luego hay muchas maneras de recuperar ese dinero.
Y los autores, más alejados de ese modelo de productoras de televisión, ¿qué pueden hacer? ¿«Compramos» el modelo francés?
Es el mejor, es buenísimo. Lo llevo diciendo 20 años. Allí el cine tiene carácter de ministerio, hay un Ministerio de Cine. En Francia el cine y su cultura es motivo de orgullo nacional, da igual el partido que gobierne y su ideología política, aquí no, aquí resulta que durante un tiempo, y es una pena, el cine español... Hay gente que se niega a ver cine español, se ha creado esa leyenda negra sobre el cine español que es injusta y que es dura, y nos sentimos poco apreciados por un sector de la sociedad.
¿Cómo se puede combatir esa leyenda negra?
Ya… (Piensa) España no es un país que... en un sentido educacional, apoye la cultura, o que le guste la cultura. Habría que empezar por la educación, por apreciar la cultura, y primero la nuestra. Es un problema nacional, sociológico, que espero que las generaciones nuevas empiecen a corregirlo.
¿Y en el sentido del cine?
El cine español es mucho más inteligente de lo que muchos creen. Pero hay muchas películas que no se ven.. Y dicen, ya, es que manda el público. Pero es que no las han visto, no ha entrado nadie o no se han distribuido. Películas que han ganado el Festival de Málaga no encuentran distribuidora, porque el distribuidor dice que para qué, aunque le guste mucho la película, pero ¿y al público? Es que el público está cambiando porque solo se le está dando un tipo de cine. El público que yo tenía en los años 90, joven como yo entonces, o un poco más mayor que yo, pues claro, ya va poco al cine… Y yo también soy más mayor y he cambiado, por supuesto no voy a echar solo la culpa, yo también…
¿El público?
En el caso de Francia, hay mucho nivel en el público francés. Aquí lo que está pasando es que está bajando el nivel de exigencia del público español. Porque claro, si encima tenemos unas televisiones, un gobierno, que no aprecia el cine de autor para bien.. Estamos en complicaciones unos cuantos, mejor no te digo nombres.. Estamos así porque el cine que sabemos hacer, que hasta hace poco tenía su público y con una taquilla suficiente como para poder hacer la siguiente… En fin, ahora claro, yo mi reconocimiento lo veo fuera, lo noto fuera, por eso acompaño mis películas fuera de España, para que mi autoestima vuelva a estar en un sitio normal porque aquí… está un poco baja. Yo no me siento apreciado como fuera de España, y esa diferencia es muy grande, el aprecio que siento fuera es maravilloso, y te hablo de muchos países, muchos muchos muchos…
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