El orden divino: Western suizo y feminista
Es uno de esos filmes que encanta a todo el mundo y que nos revela una insospechada revolución: la de las mujeres suizas que lucharon por su derecho al sufragio ¡en los años setenta!

De Suiza, donde todo es puro, el amor, la paz, la democracia y el reloj de cuco, nadie espera ni grandes revoluciones ni grandes películas, y de repente nos llegan ambas a la vez con «El orden divino», de Petra Biondina Volpe, uno de esos filmes que encanta a todo el mundo y que nos revela una insospechada revolución: la de las mujeres suizas que lucharon por su derecho al sufragio ¡en los años setenta!, tres décadas después de que fuera reconocido por las Naciones Unidas.
La historia se concentra en un pequeño pueblo y en una sencilla ama de casa y su ambiente familiar y vecinal, y bracea con gracia entre la suavidad del drama y la perversidad de la comedia, con una ambientación de época (setentera) y unos personajes atiborrados de terminales nerviosas que producen un efecto magnético y cautivador en la audiencia con la sencillez de su mensaje y su feminismo oxigenado. La guionista y directora Biondina Volpe, la directora de fotografía Judith Kaufmann y la principal protagonista Marie Leuenberger son la espina dorsal del encanto que produce «El orden divino». Leuenberger clava el cambio radical de su personaje de modo incluso físico, y pasa de parecerse, al principio, a Saoirse Ronan, a clonarse en físico y espíritu a Meryl Streep…, en fin, un prodigio.
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