Cartas de la guerra (***): Cine epistolar
Un texto maravilloso, de una belleza, profundidad y sentimiento que trastornan, y una imagen evocadora en blanco y negro que te satura de emociones y reflexiones

Puede no pedírsele más a una película : un texto maravilloso, de una belleza, profundidad y sentimiento que trastornan, y una imagen evocadora en blanco y negro que te satura de emociones y reflexiones.
Eso es lo que ofrece esta película epistolar del portugués Ivo Ferreira , que destila con preciosas voces en off todo el corpachón literario de la novela de António Lobo Antunes, una colección de cartas de un médico portugués a su esposa desde su estancia en Angola durante la guerra colonial.
La poética de la imagen, que rehúye en cierto modo su hilazón narrativa (más que contar, produce clima y emociones), recuerda a la excelente «Tabú», de Miguel Gomes. Pero, siendo magistral e hipnótico todo esto, también puede pedírsele más a una película y envolver tan gran texto y bella imagen con un tejido argumental que sostenga la atención y la curiosidad del espectador, y evitarle la sensación de tristeza recalcada, de machacona insistencia y de estancamiento cansino. En fin, tan sabrosa y vistosa como una granada, pero igual de difícil de disfrutar si no se desgrana antes.
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