Gru 3 (***): El villano favorito es otro
Su villano, Balthazar Pratt, es lo mejor (pero no lo único bueno) de esta tercera parte

Daba la impresión de que una vez hecho el viaje de villano a héroe en la número 2, y una vez exprimidas las gracias de los minions, ya daría esta historia para pocas secuelas ni spin off, pero sus creadores han tenido el acierto de modelar esta nueva película abriéndoles puertas y ventanas no sólo para su disfrute presente, sino incluso para alguna secuela posterior.
Su villano, Balthazar Pratt, es lo mejor (pero no lo único bueno) de esta tercera parte , un tipo frustrado por su infancia de niño prodigio de la televisión y escupido por ella a los primeros síntomas de adolescencia (genial su imagen con bozo ridículo y acné grimoso)… Su desparpajo ochentero y sus pintas kitsch y bailongas son realmente desternillantes.
Más aportaciones que honran a sus guionistas y directores son los otros varios nudos de la trama, como el desencuentro de Gru, ya la persona más sensata del mundo, con los minions ; o su ruptura forzada con lo que venían siendo sus labores de héroe al servicio de «su majestad»; o los desvelos de Lucy, superagente y superesposa, por dar con la tecla de la buena madre; o la aparición por sorpresa de algo así como la contraportada de Gru (un gemelo con flequillo rubio y con ansias de villanía)… La aventura y sus tramas están bien ligadas, tiene buenos y graciosos momentos, un ritmo ágil y es de muy fácil digestión: no es preciso ser un niño para pasar un buen rato con ella.
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