Crítica de «El aviso»: La gasolinera del miedo
Película tensa y de fuerte intriga, que guarda un misterio y que se desarrolla paralelamente en dos tiempos que se relacionan mediante una rebuscada fórmula numérica y unos asesinatos de fatalidad premonitoria

Película tensa y de fuerte intriga, que guarda un misterio y que se desarrolla paralelamente en dos tiempos que se relacionan mediante una rebuscada fórmula numérica y unos asesinatos de fatalidad premonitoria y aires sobrenaturales. Un cruce en el espacio y el tiempo, una gasolinera desolada a las afueras de la ciudad, es el lugar de los hechos, allí muere por una bala perdida en un atraco un hombre , y diez años después allí es donde recibe una nota con una amenaza de muerte un niño de diez años.
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El cine de este director, Daniel Calparsoro , tiene todas las virtudes para amplificar una historia tan enigmática y electrificada como ésta (que se basa en la novela de Paul Pen), y sabe colocar adecuadamente las tildes en la trama: el amor soterrado de un matemático loco por la novia de su amigo, el miedo que atenaza a un chiquillo ante el «bullying» que le hacen sus compañeros de clase, o el cambio constante de punto de vista, que nos hace ver la historia desde el interior, la perspectiva, a veces de un psicótico, a veces de un niño confuso, a veces de una madre que no advierte el peligro… Pero se deja llevar por los impulsos melodramáticos de los personajes y no le ofrece una base lógica (o ilógica), una explicación, de los porqués numéricos que parecen ser (¿lo son?) la esencia de la intriga. La naturaleza liosa de la narración, confusa en años, personajes que mueren y personajes que nacen, le exigen al espectador una concentración y un ojo de damero maldito. Y se entiende que se haya divertido Calparsoro haciéndola, y Raúl Arévalo y Aura Garrido , Dechent y los demás interpretándola, y si el espectador es amigo de los dameros y sudokus también se divertirá.
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