Año construcción: 1950
Aforo: 78.000 espectadores
Partidos: Cuatro de la primera fase, uno de octavos, uno de cuartos y la final.
Construido para el Mundial de 1950 y escenario de aquella recordada final entre Brasil y Uruguay, con el famoso «Maracanazo» charrúa, se ha reformado, aunque sigue siendo el mayor de Brasil. El proyecto de reforma ha respetado su concepción original y ha incluido la demolición completa del anillo inferior para la construcción de una nueva grada con mejor visibilidad; la mejora de las rampas monumentales y la sustitución de todos los asientos; además de la instalación de un nuevo techo, que captará agua de lluvia para su reutilización. La fachada, inventariada por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional, permanece intacta en este «monumento» de Río de Janeiro, el segundo punto turístico más visitado de la ciudad.