Madrid 2020: Tokio exhibe un proyecto muy sólido sin olvidar los sentimientos

Tokio apeló a los sentimientos en una presentación en la que sus representantes trataron de desactivar sus flancos débiles: las fugas radiactivas de la central de Fukushima y el hecho de haber organizado ya unos Juegos, los de 1964. Desde el arranque, a cargo de la princesa Takamado, hasta la exposición de la atleta paralímpica Mami Sato, pasando por el, a priori, inexpresivo primer ministro, Shinzo Abe, se vio claro que no iba a faltar entusiasmo. Lo demás, ya se les supone a los eficaces, tecnológicos y financieramente poderosos japoneses .

Las primeras palabras de la princesa Takamado aludieron, precisamente, al tsunami que asoló la costa de Japón en 2011, provocando miles de víctimas y la alarma nuclear . El mensaje quedó claro: su debilidad es también su fortaleza , Japón ha sabido reponerse a la desgracia. El primer ministro señaló que el problema de Fukushima «está controlado» y que «no ha habido problemas para la salud hasta ahora, y no los habrá en el futuro». Entre los argumentos que salieron a la palestra para despejar el principal peligro para Tokio estuvo el que los niños de la zona del siniestro juegan despreocupadamente al fútbol, y que el balón es «un símbolo de esperanza».

La atleta paralímpica Mami Sato, que contó cómo había perdido una pierna a causa del cáncer, reveló que su familia había sido afectada por el tsunami . Fue la suya una intervención al borde del llanto. Tsunekazu Takeda, presidente del Comité Olímpico Japonés, recordó el compromiso de su país con los valores olímpicos, y puso en valor una hoja de servicios impecable en la lucha contra el dopaje.

La experiencia de 1964 también fue utilizada como una baza a su favor. De hecho, una de las zonas olímpicas del proyecto de 2020 utilizará el legado de aquellos Juegos. Shinzo Abe dijo que él tenía 10 años cuando se celebraron, un niño asombrado que quiere ahora vivir la misma experiencia como adulto. «Elijan a Tokio, representante de un país apasionado que cree en el espíritu olímpico», dijo. Un país que ejerce el «omotenashi», el valor de la hospitalidad, y que explotó la multiculturalidad en los eficaces vídeos que mostró a los miembros del COI.