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Así se gestó el ataque radical a la Universidad Complutense de Madrid

Antifascistas y anarquistas planearon por webs privadas el ataque del 20-N que acabó en una paliza a estudiantes

Así se gestó el ataque radical a la Universidad Complutense de Madrid A. JIMÉNEZ

CARLOS HIDALGO

El brutal asalto a la Facultad de Derecho de la Complutense el pasado 20 de noviembre no fue, ni de lejos, un acto espontáneo. Las investigaciones del Grupo XXI de la Brigada Provincial de Información , que aún continúan, han desenmascarado un plan tejido con anterioridad en el que las redes sociales jugaron un papel fundamental. ABC ha tenido acceso a los detalles policiales del ataque a los estudiantes del Foro Universitario Francisco de Vitoria .

Los prolegómenos de este tipo de acciones de «caza» (como se denominan en el argot) se fraguaron en las redes sociales, blogs y foros de internet restringidos a los miembros activos de la extrema izquierda madrileña. Las llamadas telefónicas las suelen evitar, para no ser captadas por la Policía. La convocatoria era clara: a las una de la tarde, en el Metro de Ciudad Universitaria , para dirigirse a Derecho, la facultad que los radicales consideran bastión de la derecha.

No era la primera vez que se preparaba una «acción» un 20-N contra ese centro. «Normalmente, ese día se cerraba y se ponían vigilantes de seguridad en los accesos al edificio. Pero este año no ha sido así», afirma un investigador. «Además, estos grupos consideran que la Policía no puede estar dentro de la Universidad», añade. Se trata, en efecto, de una «ley» no escrita, aquella que habla de que esos terrenos tienen autonomía, incluso por encima de la presencia de las Fuerzas del Orden a no ser que la requiera el Rectorado , algo que no es así del todo.

Aquella mañana de noviembre, se presentaron en el punto de encuentro unas 150 personas en dos bloques . El primero y más numeroso, el de las Brigadas Antifascistas ; el otro, algo menor, «apareció vestido de negro, desde el principio embozados y con palos de banderas», precisan las fuentes. Eran los anarquistas , parapetados tras una pancarta con su anagrama y la leyenda «Contra el fascismo y el capital». Comenzaban la caza.

Amanecer Dorado

Al grito de «¡Dos disparos, a Amanecer Dorado !», en referencia al asesinato de dos neonazis griegos como respuesta al de un antifascista de aquel país, desfilaron hacia Derecho. El guión lo siguieron a la perfección. Cada uno de los dos grupos entró en la facultad por una puerta distinta. El grueso de los antifascistas se quedaron en la planta baja, a excepción de los de la primera línea, que acompañaron a los anarquistas al segundo piso.

Allí es donde se encuentra el despacho del Foro Francisco de Vitoria . Estaba cerrado. Tiraron la puerta y, armados con los palos de las banderas, defensas extensibles y un extintor que cogieron de la pared, la emprendieron contra los estudiantes de la asociación. Tal era el grado de exaltación, que a una chica de raza negra del Francisco de Vitoria le gritaron: «¡Vete de aquí! ¡Qué haces con los nazis!».

Sabían que apenas contaban con unos minutos. Los gritos y amenazas de muerte se propagaron por el edificio, a la par que el pánico . Un chico se puso un casco de moto ante la avalancha de golpes. Recibió un golpe con un palo en el ojo, que a fecha de hoy le mantiene con un hueso roto de la cara y en tratamiento en una unidad hospitalaria de Maxilofacial.

«¡Encontradle, que le mato!»

El joven, muerto de miedo, se refugió debajo de una mesa, para esconderse. Entonces, oyó a uno de los líderes de la agresión: «¡Encontradle, que le matamos!». Se le heló la sangre. Mientras, otro intentaba quemar con un mechero una bandera española con el dibujo de un toro que hay colgada en la sede universitaria. Pero en ese momento, uno de los radicales gritó: «¡Información! ¡Información!».

Era la manera, el grito que tenían de dar el «agua». La Policía Nacional ya estaba allí. «Entramos y empezaron a salir corriendo. Lo primero que hicimos fue ocuparnos de las víctimas , auxiliarlas y llamar al Samur», explica uno de los agentes del Grupo XXI. Las bestiales agresiones no fueron a más debido a la entrada de la Policía.

Un aviso que, por cierto, no llegó desde el Rectorado, sino de dos alumnos de la facultad, que avisaron al 091 alarmados por lo que estaban presenciando. Distinta fue la actitud del decano, que se interesó por sus alumnos y acudió a las instalaciones de la Brigada, en Moratalaz .

En libertad con cargos

Los investigadores cifran en unos 40 los integrantes del núcleo de los agresores. No se conformaron con dar palizas a los estudiantes . A un profesor le escupieron en la cara y la cabeza y le estamparon de bruces una bandera con la hoz y el martillo.

La investigación policial ha sido muy ardua a lo largo de estos días. Porque algunos de los detenidos no se refugiaban en sus domicilios, sino en casas okupa , lo que dificultó su localización. Entre los 19 arrestados por el Grupo XXI de Información hay anarquistas, okupas y gente con antecedentes policiales por tenencia ilícita de armas, daños, lesiones y participación en manifestaciones violentas . Se negaron a declarar en comisaría. Apenas se limitaron a dar el número de teléfono de sus abogados. La Fiscalía pidió prisión preventiva para algunos de ellos, pero el Juzgado número 39 de Madrid decidió dejarlos en libertad con cargos .

Así se gestó el ataque radical a la Universidad Complutense de Madrid

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