ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Un expreso con el escritor Mario Paoletti
Dentro de poco verá la luz su proyecto más ambicioso, al que ha dedicado los últimos años: «Quijote Express», una transcripción de la inmortal obra de Cervantes

Hace poco se habló del escritor hispano-argentino Mario Paoletti porque la Real Fundación de Toledo concedió uno de sus premios anuales a la Fundación Ortega y Gasset-Marañón, que él dirige en Toledo desde 1985. Y ahora se volverá a hablar mucho de este escritor todoterreno (ha publicado ensayos, novelas, poemarios, libros de cuentos, biografías, etc) porque acaba de sacar dos nuevos libros y está a punto de salir un tercero. Con Biblioteca Nueva/Siglo XXI ha editado «Hetero/doxos», que consta de 58 biografías mínimas (abundan los filósofos pero hay también músicos, políticos, actores y hasta un caballo) empleando para ello la prosa poética. También ha aparecido en versión digital, en la toledana editorial Descrito, su novela «Hotel Fénix» (que había sido editada en papel por la también toledana editorial Botellalmar en 2008) y dentro de poco verá la luz su proyecto más ambicioso, al que ha dedicado los últimos años: «Quijote Express», una transcripción de la inmortal obra de Cervantes.
El 24 de marzo de 1976, día del golpe de estado en Argentina del general Videla (célebre por los terribles «vuelos de la muerte»), Paoletti fue encarcelado junto a otros trabajadores de la Redacción de El Independiente, donde ejercía la subdirección. Tras cuatro años de reclusión fue expulsado del país y acabó en Toledo, como profesor de Literatura. Sus vivencias en las cárceles argentinas, y muy especialmente en la de Sierra Chica, quedaron plasmadas en su novela A fuego lento, la segunda de la Trilogía Argentina (junto con Antes del diluvio y Mala junta). Ahora ha vuelto sobre esas memorias (se titulará «Bibliotecario en Auschwitz») que estarán terminadas este mismo año. Hemos hablado con él sobre todas esas cuestiones:
- ¿Qué es un heterodoxo?
- En pocas palabras, un anti-Vicente: alguien que no va donde va la gente.
- ¿Usted es un heterodoxo?
- Se supone que lo deben ser todos los que elaboran la realidad a partir de la imaginación, que es la loca de la casa, como decía Teresa de Ávila. La locura es heterodoxa por definición. Buenos Aires, mi ciudad de origen, es una ciudad cainita, o sea heterodoxa. Y Toledo también. (El ortodoxo era Abel, y así le fue).
- ¿No le parece que en su libro Hetero/doxos hay más prosa que poesía?
- Claro. Por eso se dice que está escrita enprosa poética. Si hubiese más poesía que prosa se hubiese hablado depoesía prosaica. Pero da lo mismo. La literatura (y la música, y la pintura) camina hacia la fusión total. En estos 58 retratos de heterodoxos varios (desde San Agustín a Goebbels) participan también el periodismo y la investigación histórica. Y el humor, que es heterodoxo por naturaleza.
-¿Cuál crees que es la mejor novela que ha escrito y por qué? Nosotros, personalmente, nos quedamos con A fuego lento y Vasco busca Vasco.
- Comparar a los hijos entre sí es peligroso. Adquieren traumas y después tienen que gastar una fortuna en psicólogos.
- ¿Está la literatura en crisis?
- Se publican más libros que nunca, pero la gran literatura se está encogiendo. Y el escritor ya no es un referente cultural de primera magnitud. Hay que acostumbrase a la idea de que comienza una era de decadencia. El millón de ejemplares que “Cien años de soledad” vendió en los años 60 del pasado siglo son ahora inimaginables para un libro de calidad. Pero la decadencia tiene también un lado positivo: es una época en la que suele florecer el arte. (El que no se consuela es porque no quiere).
- En muchas de sus novelas se rastrea un acusado pesimismo antropológico, por ejemplo en Hotel Fénix, aunque al final se acaba abriendo una puerta a la esperanza. ¿Para usted el hombre es un lobo para el hombre, como señala Hobbes siguiendo a Plauto?
- Admitamos que los tiempos no están para tirar cohetes antropológicos (y sobre todo en España). Hotel Fénix fue visto por algunos lectores, cuando se editó hace cinco años, como una profecía de lo que ahora está pasando. En la novela se cuenta la historia de un grupo de personas que sobrevive a la aparición de un Virus letal recluyéndose en un balneario. (¿Cualquier parecido con la Europa actual es simple coincidencia?). Si tengo que definirme diría que soy escéptico pero voluntarioso. De hecho, me he pasado la vida apostando a favor de diversas utopías. Aunque debo reconocer que la persistencia del Mal me descoloca. Creo que en el mundo falta compasión.
-A la luz de su experiencia carcelaria ¿cómo vive el enjuiciamiento de la dictadura argentina, desde un punto de vista legal, y cómo le ha marcado y le marca desde un punto de vista personal?
- Argentina es el único país que ha condenado a sus dictadores. Con muchas idas y vueltas, pero lo ha hecho. Y el triunfo de la Justicia siempre es motivo de gozo. Pero también es cierto que ninguno de esos dictadores (ni de sus colaboradores necesarios, en escalones inferiores) ha hecho el más mínimo ejercicio de arrepentimiento. Eso es motivo de preocupación. Si no hay arrepentimiento, volverá a ocurrir. Aquellos años de plomo me han hecho más prudente a la hora de emitir juicios morales. Quizás el hombre no sea ese lobo que veían Plauto y Hobbes, pero no puede haber duda de que su capacidad de codicia y crueldad es infinita. Puede que el sueño de un mundo mejor sea una ilusión, pero la alternativa es el egoísmo, y eso es muy triste y aburrido.
-¿Por qué se le ocurrió hacer otra versión del Quijote, modernizándolo desde un punto de vista lingüístico? ¿Cuál es el sentido de un proyecto tan ambicioso?
- «Quijote Exprés» es un Quijote para los que nunca leerán el Quijote en su versión clásica. Me dio rabia que tantos lectores habituales se conformasen con mediocres best-sellers y se perdiesen esta novela maravillosa, la madre de todas las novelas. Y entonces hice una versión que no rebaja en nada la calidad del original pero que se puede leer en la playa. A los puristas no les gustará. Pero no fue escrito para ellos.
-Lleva ya muchos años viviendo en Toledo y, además, enamorado de una toledana. ¿Qué representa Toledo en su vida y en su literatura?, ¿Qué cambiaría de nuestra ciudad?
- Llevo ya en Toledo más tiempo de residencia que en ningún otro de los lugares en los que he vivido. Y aquí me estaba esperando, además, la mujer de mis sueños. De modo que por Toledo no siento más que agradecimiento. ¿Qué cambiaría de Toledo? Para empezar, esas calles de piedras puntiagudas generadoras de esguinces y luxaciones. Hay formas menos agresivas de homenajear al Pasado.
Quizá el denominado «Plan tacones», que tiene previsto poner en marcha el Alcalde de Toledo, sea la respuesta al peligro que entraña callejuelear alegremente por la ciudad. El escritor Mario Paoletti sigue con paso firme edificando una deliciosa calzada con su obra, que es recorrida y disfrutada por muchos lectores.
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