La lucha entre López y Villarrubia «rompe» al PSOE de Ávila

A escasos días de que se conozca el calendario de las primarias nacionales del PSOE y se concrete algo más el de las autonómicas, en Castilla y León la continua «pelea» entre los dos «presidenciables», Julio Villarrubia y Óscar López , va camino de un final desastroso. El enésimo capítulo de esta disputa por el poder ha roto directamente al partido en Ávila con la dimisión de la mitad de su ejecutiva y un futuro a corto plazo más que incierto. Los motivos de esta crisis, que se suma a la vivida en Valladolid y a la que han protagonizado «cuerpo a cuerpo» y por diferentes motivos las dos cabezas del partido, los explicaba el todavía secretario provincial de los socialistas abulenses, Tomás Blanco, un «lopecista» reconvertido en «villarrubista» en las últimas semanas, más por estar harto del presidente de su formación, Pedro José Muñoz , el mayor de los «pro» López, que por estar convencido de que el palentino sea la opción de futuro. Así, no dudó en asegurar que el conflicto se debe a la «pelea inmoral» abierta en Castilla y León ante unas «previsibles y futuras» primarias.

Y es que el enfado entre los dos pesos pesados del partido en Ávila viene de atrás y ha ido en aumento hasta el punto de que Óscar López ha sido consciente de que iba a perder una de «sus» provincias, clave para ganar unas hipotéticas primarias contra Villarrubia. Ante su temor, habría optado por la revolución para tratar de que con las dimisiones todo cambie y que se elija un nuevo líder que sea de su cuerda. No lo tiene garantizado.

Mientras, Blanco acusaba a Muñoz -incluido entre las dimisiones, y al propio López de ir «contra la mayoría del partido» en Ávila. «No voy a soportar las presiones insoportables de don Pedro José Muñoz en su empeño por mantener el acta de diputado a cambio de la pelea inmoral que llevan a cabo en Castilla y León para unas previsibles y futuras primarias», aseveró Blanco, que también acusó al diputado de llevar a cabo un «intento perseverante» para «vetar» a Villarrubia en la ejecutiva que el PSOE de Ávila celebró el pasado 2 de enero.

Problema de firmas

Precisamente esa cita fue la que desencadenó esta crisis interna y ha llevado a un cruce de acusaciones de «deslealtad» entre Blanco y el secretario de Organización del PSOE de Ávila, Jesús Caro, también dimitido. Blanco lo recrimina haber desconvocado la reunión en contra de su voluntad y por oposición a la presencia de Villarrubia, motivo por el que le exigió su dimisión. El relato de los acontecimientos que ofrece Caro difiere, puesto que sostiene que él conoció la convocatoria de la ejecutiva cuando llegó a su correo electrónico, por lo que acusa a Blanco de haber «utilizado su firma» y haber roto el procedimiento habitual por el que el secretario general propone al secretario de Organización que convoque.

La polémica se extiende a si la dimisión de 20 miembros de la Ejecutiva constituye o no una mayoría absoluta, algo que implicaría el nombramiento de una comisión gestora que asumiera las riendas del partido hasta la celebración de un congreso extraordinario. En tal sentido, Caro alega que uno de los miembros de la Ejecutiva (Fabio López) no era afiliado cuando fue elegido en el Congreso Provincial, por lo que su nombramiento nunca ha sido válido. Esto supondría que la Ejecutiva nunca estuvo formada por 40 miembros, sino por 39, y por tanto las 20 dimisiones implicarían la caída al completo de este órgano de gobierno, posibilidad negada por Blanco. Al tiempo, afirmó que seguirá al frente de la secretaría general mientras siga teniendo el apoyo de la mayoría de su ejecutiva y que si el comité del sábado revoca este respaldo, se marchará.

Mientras, Muñoz negó que haya presionado a Blanco para que éste vetara Villarrubia. El diputado socialista justificó su dimisión por «solidaridad» con Jesús Caro. En su opinión, la convocatoria de este sábado es antiestatutaria porque «no se puede llevar ante este órgano un acuerdo de la ejecutiva para cesar a dos de sus miembros».