«Las cuotas locales penalizan a los museos»

La trayectoria profesional de Eva González-Sancho ha estado siempre ligada a la promoción y difusión del arte contemporáneo. Dirigió el Frac Bourgogne francés y la Etablissement d´en face projects en Bruselas (Bélgica). Además ha sido comisaria de numerosas exposiciones de alto nivel artístico, directora y comisaria del Frac Bourgogne en Dijon (Francia) entre 2003 y 2011 y de la Etablissement d’en face projects, oficina de proyectos de arte en Bruselas, de 1998 a 2003, así como profesora de Historia de las exposiciones en la Universidad de Metz de 2001 a 2004. Hasta ahora formaba parte del equipo curatorial de LIAF, Lofoten International Art Festival de Noruega.
-¿Por qué se presentó al concurso para dirigir el Musac?
-Ya conocía el Musac y su colección. Ya había colaborado con él para una publicación de Dora García en 2005. Era uno de los museos a los que hacía un seguimiento y que me interesaba, no sólo el programa de exposiciones sino también la colección.
-¿Ese conocimiento de la trayectoria y posibilidades del Musac le decidió a optar a esta plaza a pesar de las dificultades por las que pasa España?
-Desde luego que a nadie se le pueden pasar las circunstancia por las que pasa el país. Si no hubiese conocido el potencial del museo y las posibilidades para desarrollar un proyecto no habría venido. Yo ha estaba llevando otros proyectos, pero es cierto que me interesaba volver a España y me interesaba mucho la colección. Para mí ha sido muy importante presentar un proyecto para el Musac. Si no hubiera visto posibilidades de trabajo y que la herramienta ya no era la adecuada no hubiese venido.
-Tras dos directores como Rafael Doctor y Agustín Pérez Rubio, ¿llega con intención de romper, de dar una nueva personalidad al museo?
-Estoy tomando contacto con el equipo del museo, viendo cómo se está trabajando, ver lo que ha hecho el Musac, en definitiva, estudiando todo mucho. Una cosa que me interesa es saber cómo trabajar con el resto de la Comunidad y no sólo con León. De todos modos, no soy de romper, de hacer tábula rasa, y menos con una colección detrás. La idea es que cada uno llega con un proyecto pero siempre hay una colección y una institución que sobreviven al individuo.
-¿Cuáles son las directrices de su propuesta?
-En el concurso hablé de la necesidad de desarrollar más marcos de investigación y debate, que ya los hay, pero creo que es importante que se amplien más implicando a artistas y otras serie de personas, desde críticos de arte y público hasta instituciones para fomentar aún más un diálogo. Pero dependerá de los recursos. De todos modos, hay que ser consciente de que el arte contemporáneo es difícil y por ello hay que fomentar más marcos de trabajo. Otra cuestión es trabajar más con la colección, lo que no quita que haya muestras temporales, algo que forma parte de mi trabajo hasta ahora. Mi idea es hacer exposiciones temporales que tracen rutas en las que el público pueda leer la colección del Musac. Y finalmente, quiero enseñar la colección no sólo en el museo sino también presentarla en otros lugares de León y de Castilla y León, pues creo que la recepción de las obras de arte no sólo pasan por los museos sino también por espacios del patrimonio históricos y otros no específicamente habilitados para el arte.
-Tras años de crear una colección con un discurso determinado, ¿ha llegado el momento de repensar la colección, frente a la novedad constante de las temporales?
-No creo que en este tiempo se haya olvidado la colección del propio Musac. Creo que el trabajo del museo es mantener un equilibrio entre lo que se tiene y lo que está sucediendo. Es cierto que también hay que hacer pausas para poder estudiar lo que se tiene para poder proseguir.
-¿Ante el evidente recorte presupuestario que sufren los museos, incluyendo el Musac, la colaboración es inevitable?
-Aunque los tiempos fuesen mejores, esa interrelación es obligatoria, aprovechando incluso la red. De hecho, vamos a mejorar nuestra web haciendo visible toda una serie de obras que hasta ahora no eran visibles en ella. En cuanto a la colaboración con otros centros, ya existe pero es evidente que hay que incrementarla, incluso más allá del territorio más próximo, pues el diálogo entre colecciones es muy enriquecedor. De hecho, ya estoy visitando otros museos y centros de cultura, y no sólo de artes plásticas, para poder realizar actuaciones a varias bandas.
-El arte contemporáneo supera el marco físico de los museos. ¿Es la mejor manera de acercarlo al público?
-Es una forma de hacerlo más vivo y de hacerlo más accesible. De hecho, una de las cosas que planteé es que la biblioteca, donde hay mucha actividad, acoja, por ejemplo, presentaciones de tesis o que el Musac se abra a otro tipo de disciplinas artísticas como la música contemporánea. El museo tiene que ser un espacio vivo para invitar a la gente a contenidos a veces complicados de algunas obras. Yo soy de la idea que hay que partir de las obras para llegar a la teoría.
-Gran parte de su experiencia tiene como marco otros países europeos. ¿Estamos muy distantes de algunas prácticas foráneas?
-En cuanto a construcciones de colecciones no hemos estado tan distantes, aunque es cierto que en España hemos empezado más tarde que en otros países. Creo que el balance es positivo, no hay más que fijarse en el Musac, que se conoce fuera.
-¿No cree que ha habido una burbuja de centros de arte contemporáneo?
-Aún no conozco todos los proyectos de Castilla y León, pero si cumplen su función cuántos más haya, mejor, pues creo que la cultura permite el desarrollo del individuo. No creo en la hegemonía intelectual de un museo único. Sería muy empobrecedor para todos.
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