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música

Pórtico 3:13.

El Festival Pórtico de Zamora se refugia en un único fin de semana de marzo para capear el azote de la crisis económica, pero sin renunciar a sus señas de identidad de música de halo religioso, interpretada por músicos de indudable calidad

Pórtico 3:13. abc

inés mogollón

Año 2013; tres días del tercer mes; tres sedes y parte de un versículo del capítulo tres del Apocalipsis de San Juan, el 3: 13 «Qui habet aures audiendi» («Quien tenga oídos, que oiga»). El Festival Internacional de Música Pórtico de Zamora -que tendrá lugar los días 8, 9 y 10 de marzo- extrae de la numerología y el simbolismo místico asociado al número tres, el lema y los contenidos que perfilan su undécima edición, desplegada bajo esa contundente exhortación: «Quien tenga oídos, que oiga».

El Festival se inaugura en su sede acostumbrada, la iglesia de san Cipriano, con la formación que dirige Eduardo López Banzo, Al Ayre Español, conjunto que acompañado por la soprano María Espada presenta «Esa dulzura amable», un concierto dedicado a cantadas del compositor barroco José de Nebra.

Tres veces tres

El sábado día 9 (tres veces tres) tres conciertos; el primero tendrá lugar a las doce del mediodía en la iglesia de San Idelfonso, donde el organista Juan María Pedrero presenta, bajo el título «Sacris Solemniis: Fiesta y liturgia en el Corpus Christi», obras de Correa de Arauxo Juan Cabanilles, José Lidón, Nivers y Froberger. Y ya por la tarde y de vuelta en san Cipriano, podremos disfrutar de uno de los platos fuertes de esta convocatoria, la orquesta Academy of Ancient Music, una de las agrupaciones historicistas más reconocidas y veteranas del circuito. Aquí en Zamora, y dirigida por el espléndido violinista Pavlo Beznosiuk, ofrecerá un programa titulado «Händel & Friends» que recorre las trio sonatas (otra vez el número perfecto) de Händel, Corelli y Charles Avison.

La noche del sábado está reservada para una experiencia singular, «La catedral sonora», que nos otorga el privilegio de disfrutar de un paseo nocturnal por las hermosas naves de la Catedral de Zamora, destacando tres espacios -el crucero, el claustro y la Capilla de San Idelfonso- que se glosan con ilustraciones musicales que serán interpretadas por las voces de Schola Antiqua, la tiorba de Jesús Fernández Baena, y el violonchelo de Jaime Calvo-Morillo.

Al día siguiente y muy de mañana -concretamente a las diez y media de nuevo en San Cipriano- el pianista Andrea Bacchetti se atreve con un programa sensacional: una selección de sonatas de Domenico Scarlatti procedentes de un manuscrito inédito depositado en la Fondazione Marciana de Venecia, la Toccata en Mi menor BWV 914 de Bach y, por si esto fuera poco, las Variaciones Goldberg, partitura en cuya monumental arquitectura se levanta sobre el número tres. Y, después de Bach, y ya llegados a la clausura, el Festival nos emplaza de nuevo en la Catedral para celebrar la Eucaristía del IV Domingo de Cuaresma con la pureza del canto gregoriano, de nuevo en las expertas voces de Schola Antiqua, siempre dirigidas por Juan Carlos Asensio.

Pórtico 3:13.

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