Obiang, el dictador se va de gira
El último mes ha sido un «no parar» para el presidente ecuatoguineano, quien buscar allanar el camino hacia una próxima sucesión en su hijo «Teodorín»

A pesar de sus más de tres décadas en el poder (o quizá por ello), el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang , parece encontrarse en plena forma. Al menos, en cuanto a su agenda viajera. Ya el pasado 31 de marzo el dictador ecuatoguineano ensombrecía el funeral del expresidente Adolfo Suárez, al convertirse en en el único jefe de Estado extranjero en acudir a la catedral de la Almudena.
Desde entonces ha sido un «no parar» para el mandatario africano. El 2 y 3 de abril, Obiang asistía en Bruselas a la Cumbre UE-África . En esta reunión, fue precisamente otro político de largo recorrido, el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, quien intentó monopolizar la atención del encuentro. En la previa, Mugabe había llamado a boicotear la reunión, después de que le fuera negado el visado a su esposa, Grace, quien cuenta con una prohibición para viajar a territorio europeo tras ser incluida en una lista de sanciones internacional.
Ajeno a este dislate, no obstante, Obiang acudiría también esa semana a un acto en el Instituto Cervantes de la capital belga. Y como no hay dos sin tres en territorio europeo, el pasado fin de semana, Obiang y su esposa, Constancia, asistían en El Vaticano a la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.
El lavado de cara ante la comunidad europea parece sorprendente. O quizá no tanto. El pasado año, el partido de Obiang lograba una victoria aplastante en las elecciones legislativas y municipales celebradas en el país africano.
Conforme a las cifras ofrecidas (el número real de votos es desconocido), el partido de Teodoro Obiang obtenía 99 de los cien diputados de la Cámara de Representantes del Pueblo y 74 de los 75 senadores de la Cámara Alta.
Con ello, el resultado electoral cumplía su máximo objetivo: allanar el camino de Obiang (al mando desde 1979) hacia una próxima sucesión en su hijo «Teodorín». Y, para ello, es necesario también cultivar las relaciones internacionales .
Contrastes de riqueza
Al vástago presidencial, de momento, no parece irle mal. Según el el Departamento de Justicia de Estados Unidos, «Teodorín» dilapidó, presuntamente, entre 2004 y 2011 cerca de 300 millones de dólares en propiedades alrededor del mundo, a pesar de que su salario como ministro de Agricultura y Bosques era de «apenas» 6.799 dólares mensuales.
En el recuerdo, el escándalo que en 2004 sumió al banco estadounidense National Riggs -que desde hacía casi dos siglos manejaba las cuentas de presidentes y jefes de Estado- en operaciones de blanqueo de dinero procedente de la familia Obiang.
Aunque las cifras locales tampoco es que dejen demasiado bien a la parentela. A pesar de producir cerca de 340.000 barriles diarios de petróleo para una población estimada en 720.000 habitantes (2011), el 75% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, el 35% morirá antes de cumplir los 40 años, y el 58% no cuenta con acceso a agua potable.
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