El SPD alemán avanza hacia la gran coalición pese a la resistencia de sus bases
Los socialdemócratas cierran su congreso de Leipzig con promesas de un buen acuerdo de gobierno con Merkel

El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) cerró ayer su congreso celebrado en la ciudad germanooriental de Leipzig un poco más cerca de la coalición con los conservadores. Y ello pese a las persistentes dudas de sus bases respecto al pacto de gobierno con Angela Merkel . Tras ser reelegido el jueves pasado como presidente del partido gracias a una amplia mayoría, Sigmar Gabriel volvió a pedir explícitamente el apoyo de los delegados a un eventual acuerdo de gobierno con Merkel . «No deben dudar en las asambleas de afiliados. De nosotros depende el futuro de la socialdemocracia de los próximos 20 o 30 años», dijo Gabriel para dejar claro que espera el apoyo de las bases al programa de gobierno que salga de las inconclusas negociaciones con la coalición de conservadores liderada por Merkel.
No hay que olvidar que los cerca de medio millón de afiliados del SPD tendrán la última palabra sobre la gran coalición en una consulta vinculante. Una consulta que presiona la posición negociadora tanto de la cúpula socialdemócrata como la de la democristiana. De puertas adentro, Gabriel vende la gran coalición asegurando que rechazará un acuerdo de gobierno que excluya un salario mínimo interprofesional (hasta ahora inexistente en Alemania) de 8,5 euros a la hora, la posibilidad de solicitar la doble nacionalidad a los ciudadanos con pasaporte extranjero y la limitación de las exportaciones militares.
Debilidad para negociar
Paradójicamente, esa resistencia de las bases socialdemócratas también debilita la posición negociadora de Merkel : el SPD es la última carta que la canciller tiene para formar un gobierno de coalición tras la retirada de la carrera política de los ecoliberales de Los Verdes. Si no lo consigue, sólo le quedará gobernar en minoría (una opción difícilmente imaginable en la cultura política alemana) o volver a convocar elecciones (una opción aún menos probable).
Los medios alemanes informan de que entre las filas de los democristianos y de sus socios bávaros socialcristianos se escuchan críticas contra el «chantaje» que el SPD supuestamente está ejerciendo gracias a la posición a sus bases. Mientras, Merkel parece preparar el terreno para que los suyos acaben aceptando las principales demandas de sus más que probables futuros socios de gobierno.
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