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referéndum escocés

El Tesoro británico pone en duda la «zona libra» con la que sueña Alex Salmond

El ministro de Finanzas advierte del riesgo de «actividad especulativa» contra la moneda británica si Escocia se separa en el referéndum previsto el 18 de septiembre de 2014

El Tesoro británico pone en duda la «zona libra» con la que sueña Alex Salmond reuters

borja bergareche

La independencia a la carta con la Reina de Inglaterra como jefa del Estado y la libra esterlina en los bolsillos con la que sueña el líder nacionalista Alex Salmond es una hipótesis poco probable a los ojos del Tesoro británico , que se ha sumado este martes a la ofensiva del gobierno de David Cameron para convencer a los escoceses de las ventajas de permanecer dentro del Reino Unido. El proyecto separatista que lidera el gobierno escocés, que ha convocado un referéndum el 18 de septiembre de 2014 , incluye el mantenimiento de la libra esterlina como moneda de una Escocia independiente, en el marco de una unión monetaria con el Banco de Inglaterra como prestamista de última instancia.

La economía escocesa supone el 10% del PIB británicoPero, en su segundo informe sobre las implicaciones de la secesión, el gobierno de Londres expone sus serias dudas y los riesgos financieros que plantearía este escenario. «Si los mercados financieros perciben que una unión monetaria no es durable económica o políticamente, o que es solo un arreglo transitorio, la actividad especuladora puede poner presión inmediata sobre el arreglo», defiende el Tesoro en el informe, publicado este martes [puedes leerlo aquí en inglés].

La economía escocesa representa solo el 10% del PIB británico, un desequilibrio que, según el ministerio de Hacienda, generaría «una asimetría fundamental en el grado de exposición a los riesgos fiscales y financieros, en la medida en que la unión esterlina incluiría dos miembros de tamaños muy diferentes». La incertidumbre económica que los mercados podrían percibir en una Escocia independiente, y el riesgo de que la onda expansiva de esas dudas afecte a la libra esterlina, llevan al Tesoro a advertir al gobierno escocés que «la lógica económica para que el Reino Unido acepte formar una unión monetaria formal con otro Estado no está clara».

«El resto del Reino Unido estaría mucho más expuesto al riesgo de que una escocia independiente entre en dificultades fiscales o financieras», ha dicho Osborne en un discurso esta mañana en Glasgow, acompañado de su número dos, Danny Alexander.

Cuatro opciones monetarias

El informe recoge cuatro opciones monetarias para una hipotética Escocia independiente: seguir usando la libra con un acuerdo con el resto del Reino Unido («zona libra»); seguir usando la libra pero sin acuerdo formal con el resto del Reino Unido («esterlinización»); unirse al euro; o crear una nueva moneda escocesa. Y, en opinión del Tesoro, todas son peores que el mantenimiento de la situación actual. «Seamos claros, abandonar los arreglos actuales representaría un gran salto hacia aguas no navegadas», ha advertido Osborne en su discurso.

«El gobierno británico cree que los actuales arreglos monetarios y de política monetaria dentro del Reino Unido son beneficiosos para Escocia», dice el informe, que califica al Reino Unido como «una de las uniones monetaria, fiscal y política más exitosa de la Historia» , en referencia a la unión de ambos parlamentos en 1707. El documento destaca también que Escocia podría perder, en el caso de optar por la secesión, los billetes de libra esterlina escocesa que emiten actualmente –por delegación del Banco de Inglaterra– tres bancos, el Royal Bank of Scotland, Bank of Scotland y Clydesdale. Entre los tres suman unos 4,5 millones de euros en circulación, avalados por depósitos equivalentes en el banco central londinense.

En una entrevista en BBC Escocia, horas antes de la presentación oficial, Osborne explicó que, «por supuesto», la decisión sobre la independencia la deben tomar solo los escoceses. Pero advirtió también que la decisión sobre crear una hipotética unión monetaria –«del estilo de la zona euro»– entre el resto del Reino Unido y Escocia atañe también a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. «Y es poco probable que el resto del Reino Unido aceptara entrar en una unión monetaria», concluyó.

En su discurso, Osborne –el miembro más influyente del Ejecutivo después de Cameron– ha planteado la cuestión de forma más cruda: «La cuestión política fundamental es esta, ¿por qué renunciarían 58 millones de habitantes a parte de su soberanía sobre la política monetaria y, potencialmente, otras políticas económicas, en favor de cinco millones de personas en otro Estado?». El Reino Unido tiene una población de 63 millones de habitantes, de los que 53 están en Inglaterra, 5,2 en Escocia, tres en Gales y 1,8 millones en Irlanda del Norte.

El gobierno escocés le acusa de «jugar con fuego»

El gobierno escocés ha respondido ya acusando al Tesoro de «jugar con fuego» con sus argumentos. John Swinney, el titular de Finanzas del gobierno escocés, ha explicado en otra entrevista en la BBC que e l informe está diseñado para «hacer sonar las cosas lo más difíciles y obstruccionistas ». El Ejecutivo que preside Alex Salmond, que lanzó su propuestas de referéndum en enero de 2012 , defiende que la «zona libra» iría en interés del Reino Unido post-independencia puesto que, según Swinney, venden bienes y servicios a clientes escoceses por valor superior a 58.000 millones y porque los ingresos del petróleo del mar del Norte –que pertenecerían a Escocia en un 95%– contribuirían a la balanza de pagos de la hipotética unión monetaria.

Solo el 5% de los bienes ingleses se exportan a Escocia, según OsbornePero esta dependencia de los ingresos del gas y crudo es uno de los argumentos que asustan a Osborne, que ha recordado además que el 30% de las exportaciones escocesas tienen Inglaterra como destino , mientras que solo el 5% de los bienes ingleses se venden en Escocia. Según Swinney, los ingresos del petróleo aportaron 46.000 millones a la balanza de pagos británica en 2011-2012. «Una zona libra iría en interés del resto del Reino Unido tanto como de Escocia», cree el ministro de Finanzas de Salmond.

El ejecutivo nacionalista recurrió el pasado mes de febrero a su propio informe de expertos , entre los que figuraban los nobel de Economía Joseph Stiglitz y Sir Jim Mirrlees, que recomendaba mantener la libra esterlina como parte de una unión monetaria formal con el Reino Unido restante «como un marco general sólido para Escocia después de la independencia». Pero Osborne recuerda que, en un escenario de unión monetaria, el parlamento de Westminster tendría más control sobre la cámara autonómica de Holyrood que Alemania sobre sus socios de la zona euro, teniendo en cuenta que Inglaterra, Gales y el Ulster supondrían el 90% de la «zona libra» mientras que la economía alemana equivale al 30% de la zona euro.

Los controles fiscales y presupuestarios que Londres exigiría a la unión monetaria, precisamente para evitar posibles ataques especulativos, haría que «Westminster tenga un mayor grado de control [sobre Escocia] que el que tiene ahora bajo los acuerdos de descentralización política», ha explicado Osborne, sumándose al coro de voces que defienden los beneficios de permanecer juntos en el Reino Unido.

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