El conservador Anastasiadis, favorito de unas elecciones marcadas por el rescate en Chipre
La incógnita es si será necesaria una segunda vuelta en una semana. Los chipriotas temen un drástico programa de recortes y una recesión semejante a la de Grecia

Más de medio millón de chipriotas están convocados este domingo a las urnas para elegir al sucesor del presidente comunista Dimitris Christofias, resignados a tener que ser rescatados por la troika (Comisión Europea, BCE y FMI) en medio de una grave crisis económica.
El candidato favorito es el conservador Níkos Anastasiadis, del Partido Democrático de Chipre (DISY). A continuación figuran Stávros Malás, del partido comunista AKEL y Yorgos Lilíkas, candidato independiente apoyado por los socialistas de EDEK. Otros aspirantes de partidos o independientes son Praxúla Andoniádu Kiriakú, Yorgos Jaralámbus, Lákis Ioanu, Makaría Andri Stilianu, Lukás Stavru, Sólon Grigoriu, Andreas Evstratíu y Costas Kiriakú.
Desde el pasado 9 de febrero no se pueden publicar sondeos. El de esa fecha señalaba que el 39,9% de los votantes elegiría a Anastasiadis; el 24.2% a Malás; el 20.2% a Lilíkas y el 3% se mostraba dividido entre los restantes.
La incógnita es si Anastasiadis superará el 50 por ciento de los votos o si habrá unas nuevas elecciones el próximo domingo entre los dos candidatos más votados. De resultar elegido este domingo, será proclamado presidente esta misma noche en el estadio Eleftheria, ahora conocido con el nombre de Tassos Papadopulos.
A partir de las 6 de la tarde (una hora menos en la península) se conocerán los sondeos a pie de urna y dos horas y media después los resultados, según anunció el funcionario Andreas Ashiotis. Es la primera vez que votarán chipriotas residentes en el extranjero, en países como Grecia y el resto de la UE, Estados Unidos, Bahrein, Arabia Saudí... En total son 1.139 colegios electorales, tanto en la isla como en el extranjero, y 545.491 chipriotas con derecho a voto.
Nicos Anastasiadis, del partido conservador DISY, también tendrá el apoyo de la mayoría de los votantes del partido centrista DIKO y de la mayoría de los ecologistas. Insiste en que «estas elecciones son las más críticas de nuestra historia moderna y su resultado definirá cómo nos enfrentaremos a la crisis económica».
Gobierno de salvación nacional
Para Anastasiadis, «una economía débil, debilita nuestra posición internacional. Tenemos que recuperar nuestra credibilidad en Europa». El abogado insiste en la necesidad de formar un gobierno de salvación nacional para sacar al país de la crisis con un «nuevo modelo estatal, transparente, productivo y ordenado».
Las declaraciones de Anastasiadis reflejan la inquietud de los chipriotas ante la crisis económica, el rescate que no ha llegado y el futuro de los yacimientos de gas natural.
Se da por seguro tanto en Nicosia como en Atenas que una victoria de Anastasiadis supondrá un esfuerzo para conseguir tanto el rescate de aproximadamente 17.500 millones de euros (que viene ser el equivalente al 100% de su PIB) como otros 10.000 millones para la refinanciación de su sector bancario. Ello conllevaría un drástico programa de recortes y reformas, algo que hace temer a los chipriotas una recesión semejante a la de los griegos.
Chipre quiere mantenerse en la eurozona por razones políticas, financieras y de defensa. Y Anastasiadis parece el único político capaz de entenderse con la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. Y que cuenta con el apoyo de Angela Merkel y de Andónis Samarás, políticos con los que se entiende.
El hasta ahora mandatario Dimitris Cristófias, del partido comunista AKEL, se retira con amargura. Cristófias fue elegido presidente de la República Chipriota en 2008 en la segunda vuelta de las elecciones y durante estos años se ha enfrentado a muchos problemas. Entre ellos, una gravísima crisis económica que no ha conseguido solucionar. Cristófias no quiso que la historia le recordara como el negociador del rescate. Pero Moscú no salvó finalmente la economía del país. Al contrario, los depósitos rusos en los bancos chipriotas se convirtieron en una de sus pesadillas.
Muchos creen que empeoró la economía y la posición del país en la UE
Sobre Cristófias pesa también la responsabilidad política de la terrible explosión de un almacén de municiones en la base naval de Florakis, durante el verano de 2011, que provocó la muerte de trece militares y 61 heridos.
Durante su última intervención pública, 48 horas antes de las elecciones, afirmó que se retiraba «con la cabeza alta porque hice lo que pude para conseguir lo mejor para nuestra Chipre en circunstancias muy difíciles» y recordó que «la mayor herencia» de su gobierno es la prospección de las reservas de gas natural y su uso futuro. Pero muchos son los chipriotas que consideran que su política empeoró no sólo la economía, sino la posición del país en la Unión Europea.
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