Los árabes buscan en El Cairo una tregua para Gaza
El presidente Mursi se reunió con el primer ministro turco y el emir de Catar en paralelo a la Liga Árabe

Los líderes de las potencias diplomáticas más activas de Oriente Medio, Egipto, Turquía y Catar, se sentaron ayer a la mesa en El Cairo para intentar buscar una solución con el líder de Hamás al conflicto de Gaza. Egipto lleva días intentando negociar una tregua, pero el grupo comandado por Jaled Meshal desconfía de que Israel pueda ofrecer garantías para un alto el fuego, especialmente cuando una invasión terrestre de la franja por parte del ejército israelí parece inminente. La Liga Árabe debatió ayer reconsiderar su estrategia hacia Israel y posiblemente revisar su ya fracasada iniciativa de paz presentada al Estado hebreo.
Las negociaciones egipcias para alcanzar un alto el fuego en Gaza comenzaron el pasado viernes con la visita de su primer ministro, Hisham Qandil, a la franja. La posible tregua, que El Cairo espera que pueda entrar en vigor en las próximas 24-48 horas, se está negociando entre el jefe de los servicios de inteligencia egipcios, Refat Shehata, artífice de otras treguas anteriores, el jefe de Hamás en el exilio, Jaled Meshal, y su segundo, Musa Abu Marzuk, según desvelaba el diario «Haaretz», que citaba fuentes de la inteligencia egipcia. Además, el presidente egipcio, Mohamed Mursi, el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan y el emir de catar, Hamad bin Jalifa al Zani también se reunieron ayer en El Cairo para buscar soluciones en este sentido.
No está claro por el momento cuáles serían los términos de esa tregua, pero parece que Egipto podría estar dispuesto a ceder en algunas de las pretensiones de Hamás, que quiere que El Cairo levante las restricciones a la entrada de algunos productos a la franja. Lo que tampoco es evidente es que Israel vaya a aceptar el alto el fuego, según las afirmaciones que hicieron ayer algunos miembros del gobierno israelí.
La Liga Árabe, ese mastodonte lento y burocrático, reunió ayer también a sus ministros de Exteriores en El Cairo, y aún está por ver si el organismo se atreverá a dar algún paso más allá de la aprobación de una resolución que condene la «permanente agresión israelí a Gaza». Sus reuniones se han convertido, dijo ayer emir de Catar, «en un gasto de dinero y una pérdida de tiempo» ya que, aseguró, «las resoluciones no sirven para nada». Por ahora está claro que la Iniciativa de Paz Árabe, el plan que los países de la región propusieron a Israel en 2002 y en el que ofrecían el reconocimiento del Estado hebreo a cambio de la retirada israelí de todos los territorios ocupados durante la guerra de 1967, no ha funcionado. Ayer, su secretario general, Nabil el Arabi, pidió revisar estas iniciativas, ya que «no habrá paz ni estabilidad mientras continúe la ocupación israelí».
Es posible, sin embargo, que la reunión a cuatro bandas entre Egipto -que tras la caída de Hosni Mubarak intenta recuperar el prestigio diplomático perdido entre los árabes-, Catar, la nueva estrella diplomática de la región, que ha invertido millones de petrodólares en fomentar la primavera árabe en ciertos países, Turquía -cuyo giro político hacia los árabes le ha granjeado más que simpatías en la región-, y Hamás acabe siendo más fructuosa y ágil que la de la Liga Árabe. El organismo podría enviar hoy mismo una delegación encabezada por El Arabi a Gaza, siguiendo la estela de Qandil y del ministro de Exteriores tunecino, Rafiq Abdelsalam, que ayer visitó la franja.
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