Infantes de Marina de operaciones especiales, preparados para ir a Somalia
PALOMA CERVILLA
MADRID. Desde que la ministra de Defensa, Carme Chacón, oficializara el martes en el Congreso de los Diputados el anuncio del envío de la fragata «Victoria» para luchar contra la piratería en aguas de Somalia,dentro de la operación «Atlanta» de la Unión Europea, en la Armada se agilizan los preparativos de este dispositivo militar.
Aunque las «órdenes no están claras» y el «ambiente está muy revolucionado», según aseguraron a ABC fuentes militares, ya se empiezan a conocer algunos detalles de la presencia española en esta complicada zona. Uno de ellos, que puede dar una idea del peligro de la misión, es que en la Armada no se descarta que el grupo de infantería de marina que embarque en la fragata puede pertenecer a «operaciones especiales», según las fuentes consultadas. «Se está evaluando y viendo si hay disponibilidad, pero posiblemente se decanten por las operaciones especiales, para dar también protección en puerto».
La dificultad de esta operación es advertida por expertos militares que aseguran que «va a salvar la cara de los políticos, pero puede estar destinada al fracaso». «Lo que hacen los piratas es guerra de guerrillas en la mar y, para combatirla, hace falta algo más que barcos de marinas regulares», aducen. «El contacto radar de cualquiera de estas lanchas es tan pequeño, que para una fragata es muy difícil detectarlo a distancia suficiente como para prevenir un ataque».
Estas fuentes militares apuntan a que «las fragatas pueden emplear sus helicópteros, aunque la respuesta de su armamento a un ataque desde las lanchas puede ser insuficiente». El radar del helicóptero cubre unas 100 millas y puede transmitir los datos en tiempo real a la fragata, pero el problema es que el helicóptero puede no llevar el armamento adecuado.
Los militares apuntan a que uno de los aspectos más importantes para la defensa de los pesqueros es «una buena inteligencia, que permita predecir desde y hacia dónde se va a producir un abordaje». Según estas fuentes, «el problema no se acabará hasta que se ataquen sus bases en tierra». Sin embargo, es difícil que la ONU autorice este tipo de ataques.
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