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Arjen Robben, regates, fintas y centros... desde la banda

LISBOA. Su caso es muy parecido al de Milan Baros. Una lesión estuvo a punto de dejarle fuera de la Eurocopa. Sólo la confianza que en él tiene depositada el seleccionador, Advocaat, le permitió estar entre los 23 elegidos. Le prometió, cuando se lesionó contra el Auxerre en octavos de final de la UEFA, que le esperaría hasta el último día. Y lo hizo, a pesar de que sufrió una recaída a finales de abril con el segundo equipo del PSV porque Hiddink, su otro gran valedor, le quería repescar a toda costa para jugar contra el Newcastle las semifinales.

Es Robben, de nombre Arjen, un extremo-extremo, aunque Hiddink se haya permitido el lujo de colocarle de segundo punta por detrás de Kezman y el experimento haya funcionado. Conoce a sus 20 años todos los secretos de la banda. Sabe encarar, pararse en seco y salir. Sabe fintar y regatear y no necesita más de una baldosa para sacar el centro. Su peligro radica en que sale para fuera... y también para dentro. Una de sus jugadas preferidas es la diagonal, que puede concluir con un remate con la derecha, aunque sea zurdo cerrado.

A los 16 años debutó con el Groningen en la Primera holandesa. Dos intentos antes del definitivo. Viajó a Enschede y Waalwijck para estrenarse contra el Twente o el RKC, pero lo hizo en casa ante el Feyenoord -diciembre de 2000-, que llegaba como campeón y cayó en Groningen, un equipo del norte de Holanda de donde salieron los hermanos Koeman. Dieciocho partidos y dos goles hizo en esa primera temporada. Cuál no sería su rendimiento que el PSV ofrece a su club cuatro millones de euros por él, cifra jamás pagada en Holanda por un jugador menor de 18 años. Le ficha, pero a petición de su padre, que es su representante, se queda otra temporada en Groningen, para terminar los estudios primarios al lado de la familia.

En su primer año en el Phillips Stadium asombra a los que todavía no le conocían bien, es elegido mejor jugador de 2002 y alcanza la internacionalidad, precisamente ante Portugal (1-1), el 30 de abril de 2003. Crece como hombre y como jugador. Hiddink y Erwin Koeman, su ayudante, le protegen dentro y fuera del campo. La segunda temporada en el PSV, la pasada, ya es seguido por los grandes clubes, sobre todo ingleses. El Manchester parece que toma la delantera, pero en enero, poco antes de lesionarse, las libras del multimillonario Abramovich hacen efecto.

Pone 20 montones de un millón encima de la mesa del presidente del PSV y se lo asegura para la próxima temporada. Hoy, después de sus tres pases de gol, su tanto y la aportación al equipo desde la banda, hubiera costado más.

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