Condoleezza Rice critica el muro de separación que Israel construye en Cisjordania
JERUSALÉN. El muro de separacion que está construyendo Israel en Cisjordania volvió ayer al candelero cuando la consejera para la seguridad nacional del presidente Bush, Condoleezza Rice, lo criticó por considerarlo un «hecho consumado» de naturaleza «política» que no tiene cabida en el marco de las conversaciones de paz.
Pero las críticas de Rice deben interpretarse como una concesión dirigida a los árabes y no como un ultimátum. Si Estados Unidos hubiera querido realmente que Israel no construyera el muro habría presionado a Ariel Sharón antes de que empezaran las obras y no ahora, cuando la construcción del muro marcha a toda vela.
Cuando suscitó el tema con Sharón, el primer ministro le respondió que el muro no es «político» sino que se está construyendo por motivos de «seguridad», para impedir la infiltración de militantes palestinos que después cometen atentados en el interior de Israel. Sharón dejó claro que las obras van a continuar como hasta ahora.
El muro comenzó a construirse en junio de 2002 y ya se ha terminado en amplias zonas de Cisjordania. Cuando se haya completado aislará Jerusalén oriental del resto de Cisjordania. Es de cemento, tiene ocho metros de altura, se extiende a lo largo de 350 kilómetros y corre paralelo a la línea verde de 1967 pero dentro del territorio palestino. En la práctica representa la anexión israelí de facto del 3 por ciento del territorio de Cisjordania, incluidas importantes fuentes de agua y varios millares de ciudadanos palestinos.
El muro también deja del lado israelí un gran número de asentamientos judíos donde viven millares de colonos. Se trata de colonias que son ilegales según la legislación internacional pero en las que Israel sigue construyendo sin descanso.
El ministro Yosef Lapid, líder del partido Shinui, que forma parte de la coalición de Gobierno, declaró tras reunirse con Rice que Shinui apoya la construcción del muro ya que lo considera una decisión de seguridad y no una decisión política. En Israel prácticamente todos los partidos están a favor de su construcción.
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