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El «comercio» de las religiones

POR ERENA CALVOLAS PALMAS. El Archipiélago canario, siete pequeñas islas en medio del Atlántico, siempre ha sido cruce de tres continentes y paso obligado de las rutas comerciales. Los mercaderes que

El Archipiélago canario, siete pequeñas islas en medio del Atlántico, siempre ha sido cruce de tres continentes y paso obligado de las rutas comerciales. Los mercaderes que recalaban en sus playas desde siglos remotos no se limitaron al mero intercambio de productos, también dejaron en las Islas su huella, en muchos casos religiosa. Lo explica a este periódico el profesor de la Universidad de La Laguna (ULL) Francisco Díez de Velasco, coordinador de la monografía `Religiones minoritarias en Canarias. Perspectivas metodológicas´, publicada por Ediciones Idea este pasado mes de febrero.

El libro es fruto de un trabajo de investigación que empezó en noviembre de 2006 Relican, un grupo de investigadores de la ULL, tras la firma de un contrato con Pluralismo y Convivencia, entidad dependiente del Ministerio de Justicia. La obra incluye las aportaciones de María Victoria Contreras, Néstor Verona Carballo, Roberto Rodríguez González, Ángela García Viña, Gustavo Santana y Alfonso García Hernández.

Tienen pendiente la publicación de otro volumen con la editorial Icaria que se incluirá en una serie que investiga las religiones en España por Comunidades autónomas. «Ya han salido los de Cataluña, Madrid, la Comunidad Valenciana, y en un plazo de un mes y medio verán la luz los de Castilla La Mancha y Canarias».

Tardía cristianización

Francisco Díez de Velasco insiste en que en materia de religiones es la situación geográfica la que marca la diferencia en el caso de Canarias respecto de la Península. «Nos hemos visto influidos desde siempre por la presencia americana, africana y por supuesto, por la inclusión en el espacio geopolítico de la Unión Europea». Díez de Velasco recuerda que la cristianización de Canarias fue de las más tardías de toda Europa «y que llegó catorce siglos después que al resto de España». Pero no es la única diferencia. «El Islam penetró por la vía de las migraciones, pero nunca fuimos islamizados como en la Península», explica.

Desde el final del medievo Canarias «está en el centro de las rutas comerciales de tres continentes». Los mercaderes que tocaban tierra canaria «tenían muy diversas religiones, con las que entró en contacto la población local». En mayor o menor medida, «ahora sucede con los turistas».

En su libro, dividen las religiones con presencia en Canarias en tres grandes grupos: el entorno del cristianismo -sin contar el catolicismo al no ser una religión minoritaria-; el Islam, y una amalgama de religiones antiguas y nuevas. A pesar de no analizar el catolicismo, Díez de Velasco puntualiza que es la religión con un mayor protagonismo en las Islas, seguida del Islam, «como en el resto de España». En Fuerteventura y Lanzarote, señala, la religión musulmana «representa cerca del diez por ciento de la población y en toda España un 1,5 por ciento». En toda Canarias, puntualiza, habrá unas veinte mezquitas: siete en Gran Canaria, seis en Tenerife, cuatro en Lanzarote y seis en Fuerteventura. La mayoría, explica, son inmigrantes y «muy pocos los conversos».

Néstor Verona, uno de los investigadores del grupo, continúa, estudió el impacto del Islam en los menores extranjeros no acompañados que llegan a las Islas y comprobó que esta religión «les ayuda a superar situaciones de estrés y afrontar mejor los problemas». En contraposición con el estudio de otra de las investigadoras, que analizó cómo «afecta a algunas mujeres conversas en Canarias el rechazo que sufren por parte de la sociedad».

De vuelta al entorno del cristianismo, Díez de Velasco señala la importancia que tienen en Canarias los protestantes alemanes, luteranos o las iglesias que surgen en los Estados Unidos a finales del siglo XIX, como los pentecostales y que en Lanzarote y Fuerteventura cuentan con comunidades muy numerosas; hasta de dos millares de seguidores.

Con cuarenta o cincuenta centros, «los Testigos de Jehová tienen gran implantación en las Islas»; entre otras cosas, «porque integran muy bien a personas de muy diferente procedencia; llegan a utilizar hasta ocho lenguas en sus ritos».

La Iglesia del Pueblo Guanche, los hindúes, budistas, las religiones africanas, la santería o la fe bahaí «son cultos más minoritarios que los analizados anteriormente pero que también tienen cierto impacto en Canarias», lo que la diferencia de otras partes de España, explica.

Anterior a la Conquista

La del Pueblo Guanche, continúa, «trata de reconstruir la religión de los antiguos moradores de Canarias, los cultos anteriores a la Conquista, y se podría comparar con otros neopaganismos como los neodruidas de Irlanda o Galicia».

En toda Canarias tienen cerca de un millar de seguidores, que veneran a la Diosa Madre Chaxiraxi. «Intentan recrear una religión que se extinguió hace 500 años, y los neodruidas hacen lo propio con otra que desapareció hace 1.500».

Para el profesor, «es muy complicado acercarse a la realidad de cómo fue esa religión; para empezar ellos se llaman Iglesia del Pueblo Guanche y ese concepto no existía por aquel entonces». Preguntado por la posibilidad de que detrás de estos grupos se escondan actitudes independentistas, el profesor de la ULL reconoce que «hay discursos diferentes dentro de sus seguidores» y «es difícil deslindar en este grupo religión de otras señas de identidad». Detrás, explica, «puede haber un discurso político que tiende a ser religioso y algunos de sus líderes tienen su trayectoria política».

Mucho más importantes numéricamente son los hindúes, «poco menos de la mitad de todos los hinduistas de España viven en Canarias», donde se implantaron, sobre todo, a finales del siglo XIX. Los define su «facilidad de adaptación a las sociedades donde viven». A pesar de tener sus centros de culto, «no tienen problema en orar ante la Virgen o en estudiar en colegios católicos».

El culto a Ghanesa

Una de sus manifestaciones religiosas más espectaculares es la relacionada con la Diosa Ganhesa «a quien agradecen sus favores en el mar con una inmersión». El año pasado, más de 1.500 personas siguieron esta tradición en el sur de Tenerife.

También tiene su relevancia el budismo, que en Canarias cuenta con dos maestros, uno en cada capital de provincia. «Uno de ellos es representante del budismo Zen, originario de China, pero que llegó a Europa a través de Japón, y otro más adaptado al mundo occidental». Además, en Las Palmas de Gran Canaria «vive la mitad del año un maestro budista tailandés que organiza conferencias y retiros y que el resto del año reside entre Estados Unidos y Cataluña».

Díez de Velasco dice que entre las antiguas no debe olvidarse tampoco a la comunidad judía de Canarias, «que ya no tiene tanto peso como hace treinta años», cuando había sinagogas en Tenerife y Gran Canaria. Ahora sólo queda esta última. Y dentro de las nuevas espiritualidades, la fe bahaí, que en Canarias cuenta con su estructura propia e independiente de la Península. Nacida en Irán en el siglo XIX, las Islas tienen pequeñas agrupaciones locales. Plantean una religión mundial.

En los próximos años, pronostica el profesor, el componente africano puede ser el que más crezca si sigue incrementándose el intercambio comercial con África y por ende, también seguirá creciendo la importancia del Islam.

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