Un aristócrata consagrado al arte

El barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, descendiente de una de las familias más ricas de Alemania, era el dueño de la colección privada de arte más importante del mundo, una colección de más de mil quinientas obras, cuyo núcleo principal fue cedido a España hace ocho años y se exhibe en el museo madrileño que lleva su nombre.
El barón nació en Scheveningen, cerca de La Haya (Holanda), el 13 de abril de 1921, fruto del matrimonio entre el financiero Heinrich Thyssen y la baronesa de origen húngaro Margarita Bornemisza. En la última década, los periódicos daban cuenta de su mal estado de salud, pero lograba superar las difíciles crisis que amenazaban su vida. Esta vez no ha podido ser.
Exilio paterno
Cuando era un niño, sus padres se exiliaron en Holanda tras la instauración del comunismo en Hungría y del nazismo en Alemania. Divorciados en 1931, llegaron a un acuerdo que le permitía al esposo mantener la patria potestad sobre su heredero. Educado en un colegio alemán en Holanda, ante la inminente invasión del país por las tropas nazis, se trasladó en 1932 con su padre a su nueva residencia, Villa Favorita, en Lugano, Suiza, que luego se haría famosa internacionmalmente.
En esta mansión, el gran coleccionista de arte abrió al público en el año 1937 una galería anexa en la que se expuso la colección de pintura y escultura que reunieron su abuelo, admirador de Rodin, y su padre, que aprovechó el «crack» de 1929 para adquirir obras de magnates arruinados como Otto Khan o J.P. Morgan. Durante la II Guerra Mundial, Hans Heinrich se dedicó a estudiar Derecho, Economía, Arte y Literatura francesa. En 1947 falleció su padre y él se convirtió en el nuevo barón Thyssen-Bornemisza.
Para conocer su herencia, recorrió sus posesiones por toda Europa. Al igual que en Alemania, sus empresas estaban arrasadas ya que lo que no habían destruido los nazis había sido confiscado por los aliados. Rodeado de un eficiente equipo, en una década recuperó el imperio financiero e industrial Thyssen. Puso al día los astilleros de Holanda y Alemania, construyó la mina de carbón más moderna de Alemania y la mayor central hidroeléctrica. Una vez reflotado el grupo, vendió la mayor parte de la industria pesada e invirtió en sectores de rápido crecimiento en Estados Unidos. Nació así el «Thyssen Bornemisza Group» (TGB), constituido por 250 empresas agrupadas en ocho ramas de actividades: desde tecnología informática hasta robots y maquinaria agrícola.
Se empeñó también en unir la colección de arte de 525 cuadros de su padre, que, a su muerte, fue dividida entre sus hijos. Hans Heinrich compró las obras de sus hermanos y las vendidas a otros particulares.
Comienza su época dorada
Los sesenta y setenta fueron su edad de oro. Una época en la que frecuentó a la «jet» internacional y en la que era consejero de una treintena de sociedades, presidente de los Astilleros Bremen Vulkan, directivo de Heineken, Sotheby´s y del Metropolitan de Nueva York, entre otros cargos. Como dato curioso, fue el primer empresario europeo en tener un reactor para sus desplazamientos. Tras reunir la colección de su padre -quien renegaba del arte del siglo XX- el barón se dedicó a ampliarla. En 20 años logró sumar otros mil cuadros. Empezó con los paisajistas americanos del XIX y prosiguió con los expresionistas alemanes, fauvistas, cubistas y abstractos, hasta llegar al «Pop art». En lo que respecta a su vida privada, tras cuatro matrimonios fallidos -María Teresa Lippe (1946-1949), la modelo inglesa Nina Dyer (1954-1956), la modelo escocesa Fiona Campbell (1956-1965) y la brasileña Denise Shorto fueron sus sucesivas esposas- se casó en 1985 con Carmen Cervera, un matrimonio que marcaría el destino de su colección pictórica, unida y salvaguardada desde mediados de los ochenta por la Fundación Thyssen-Bornemisza.
El barón, Heini para sus íntimos, tuvo cinco hijos. El primogénito Georg Heinrich, con quien mantuvo serias divergencias por cuestiones económicas en los últimos años, nació de su primer matrimonio. De su unión con Fiona Campbell nacieron Francesca y Lorne, mientras que Alexander nació tras su boda con Denise Shorto. Borja, el hijo que Carmen Cervera aportó a su matrimonio con el barón, fue adoptado por éste a todos los efectos legales.
Crisis de salud
La salud de Hans Heinrich empeoró notablemente en los últimos años y tuvo que ser sometido a varias intervenciones quirúrgicas. Ya en marzo de 1990 fue operado en París de un aneurisma de la arteria aorta. Cuatro años más tarde fue intervenido de una arteria carótida y un mes después, de la otra. En enero de este año fue ingresado en la clínica Teknon de Barcelona tras sufrir un infarto de miocardio. Debido a las diferencias económicas surgidas con su hijo Georg, el barón presentó una demanda por fraude en Bermuda en 1997. Finalmente se llegó a un acuerdo legal por ambas partes el 15 de febrero de 2002. Entre otras condecoraciones, el barón contaba con la Gran Cruz de Carlos III.
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