La Castellana crecerá 3,5 kilómetros hacia el norte y estará conectada con la línea 10 de Metro

27/12/2001 a las 01:04h.

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Ayer era el momento que la Comunidad buscaba para desatascar un proyecto que cuenta ya su retraso en lustros. Era el día fijado para que el vicepresidente madrileño y consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, asumiera la presidencia del Consorcio de la Operación Chamartín, tras cederle el testigo el secretario de Estado de Infraestructuras, Benigno Blanco.

El acuerdo llegó, no sin antes celebrar una maratoniana reunión que se prolongó durante la tarde de Navidad entre los tres representantes ayer sentados a la mesa: Luis Eduardo Cortés, Benigno Blanco e Ignacio del Río, segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid.

La negociación se llevó por delante alguna de las premisas más firmes sostenidas por el Ayuntamiento, como la edificabilidad de la operación. Además, la inversión que requerirá el proyecto de prolongación de la Castellana ha crecido en 100.000 millones respecto a las previsiones hechas anteriormente. De hecho, las infraestructuras que se construirán o remodelarán a través del proyecto que se pondrá en marcha el próximo año, contarán con una financiación de casi 250.000 millones de pesetas, mientras los cálculos anteriores estimaban esa cifra en 150.000 millones.

Así se acordó ayer en la reunión del Consejo Rector del Consorcio formado para la puesta en marcha de este proyecto, y que está integrado además de por el Ministerio de Fomento, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital, por Renfe y la sociedad Duch (Desarrollos Urbanísticos de Chamartín).

Durante este encuentro, celebrado en la sede del Ministerio de Fomento, se aprobó un documento base en el que se establecen los parámetros urbanísticos, las bases de planeamiento y los principios que regirán el desarrollo y la gestión del proyecto de la prolongación de la Castellana, con el objetivo de relanzar esta iniciativa, que llevaba diez años paralizada, e iniciar su puesta en marcha durante el próximo año.

El proyecto consiste esencialmente en prolongar en 3,5 kilómetros el paseo de la Castellana, eje vertebrador de Madrid, entre el nudo Norte, frente al Hospital de La Paz y la M-40, así como en remodelar la actual estación ferroviaria de Chamartín para adecuarla a la próxima llegada de los trenes de alta velocidad que conectarán la capital con diversas ciudades del noroeste de España, además de convertir esta infraestructura en un importante intercambiador que será la puerta norte de entrada del transporte colectivo de la capital de España.

Según explicó el secretario de Estado de Infraestructuras, la ampliación y mejora de la estación de Chamartín será la primera actuación que se pondrá en marcha, cuyas obras se iniciarán el próximo año a través de la aprobación de un Plan Especial con el objetivo de que estén acabadas en el año 2005 para acoger la llegada del AVE a Valladolid.

De esta forma, señaló que Madrid se convertirá en el centro de la red nacional de trenes de alta velocidad que conectarán con las grandes ciudades del país, así como en el principal intercambiador de transportes públicos del norte de la capital que estará conectado con la estación de Atocha a través de los actuales trazados del tren de Cercanías, así como mediante el nuevo «túnel de la risa» que se construirá para comunicar ambas estaciones.

Asimismo, en materia de comunicaciones, el proyecto de la «Operación Chamartín» incluye la mejora de los nudos Norte y Fuencarral para facilitar la conexión de la ciudad con la M-30, M-40 y carretera de Colmenar, así como la creación -a través de la Castellana- de una nueva penetración al centro de la capital desde los municipios del norte de la región.

CUATRO VÍAS TRANSVERSALES

Junto a ello, se mejorará la conexión Este-Oeste con el cubrimiento de las vías ferroviarias y la creación de cuatro nuevas vías transversales de comunicación, y se mejorará la accesibilidad a los nuevos desarrollos urbanísticos llevados a cabo en los últimos años en el Norte de la capital, así como de futuras actuaciones urbanísticas, como la que se acometerá en la Ciudad Deportiva del Real Madrid.

Estas actuaciones se verán completadas con la construcción de una nueva línea de Metro que discurrirá a lo largo de la prolongación de la Castellana y que conectará con las estaciones de Chamartín y la nueva de Fuencarral, y que también dará servicio a los nuevos desarrollos urbanísticos del norte de la ciudad.

Así, el vicepresidente regional y consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Luis Eduardo Cortés, explicó que se está estudiando la posibilidad de ampliar el actual trazado de la línea 10 para dar cobertura a estas zonas mediante la construcción de varias estaciones nuevas, aunque no se descarta la posibilidad de dotar al suburbano de una nueva línea.

Respecto al proyecto de urbanización que conllevará la «Operación Chamartín», Cortés destacó que finalmente se ha alcanzado un acuerdo para elevar la edificabilidad de la zona de los 0,79 metros cuadrados de construcción por cada metro cuadrado de suelo fijados para esta zona en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1997 a los 1,05 metros cuadrados que se establecerán para el desarrollo de la prolongación de la Castellana.

Para ello, el Ayuntamiento de la capital tendrá que aprobar una modificación puntual de este Plan General, lo que, según el segundo teniente de alcalde y concejal de Urbanismo de Madrid, Ignacio del Río, se llevará a cabo en los seis primeros meses del próximo año para, posteriormente, ser ratificada por la Comunidad de Madrid y dar vía libre a las nuevas urbanizaciones. De hecho, el propio Del Río aclaró que el cambio de posición de la Casa de la Villa se debía, entre otras cosas, «al aumento del número y la calidad de las infraestructuras que se van a realizar en la Castellana».

En total, se actuará sobre más de 3 millones de metros cuadrados de suelo, una superficie superior a la inicialmente prevista gracias a la ampliación de la plataforma de cubrimiento de las líneas férreas.

De esta extensión también serán edificables más de 3 millones de metros cuadrados de suelo, lo que será posible tras haber elevado el nivel de edificabilidad, que permitirá la construcción de entre 12 y 15 hitos arquitectónicos de gran altura. Aunque todavía no se ha fijado el proyecto de los citados rascacielos, existe un boceto realizado por el arquitecto Ricardo Bofill sobre el que se trabajará, si bien con las lógicas modificaciones según prosperen los trabajos.

VIVIENDAS PROTEGIDAS

De esta forma, se edificará sobre una superficie de 200.000 metros cuadrados de los que el 50 por ciento serán utilizados por la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid para la construcción de nuevas viviendas, de las que el 75 por ciento tendrán algún nivel de protección. Junto a ello, habrá 400.000 metros cuadrados de zonas verdes, lo que, según el vicepresidente madrileño, equivale, más o menos, a la mitad de la extensión del parque del Retiro.

En cuanto a la financiación de estas infraestructuras, que contarán con una inversión cercana a los 250.000 millones de pesetas, Cortés explicó que 164.000 millones serán aportados por los propietarios del suelo (en gran parte en manos de Renfe y en una menor medida en particulares) y otros 35.000 millones de pesetas procederán directamente de las arcas de Renfe.

Respecto a los 49.000 millones restantes, serán sufragados directamente por las tres administraciones implicadas en este proyecto (central, regional y local) mediante las plusvalías que genere el suelo del que disponen en la zona.

De este modo, Cortés señaló que se

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