«TRAMPA PARA UN HOMBRE SOLO»: intriga y humor hasta el último minuto en el Muñoz Seca

Una caja china que aguarda sorpresas y depara intrigas desde que se levanta el telón hasta exactamente cincuenta segundos antes de que vuelva a caer es el símil que emplea su director, Ángel F. Montesinos, para definir la obra que anoche se estrenó en el Teatro Muñoz Seca: «Trampa para un hombre solo», basada en el texto de Robert Thomas, escrito en 1959, estrenado en España en 1960 y que no se había vuelto a representar.
Se trata de una trama policiaca que gira en torno a la suplantación de la identidad, «por la que la crítica internacional comparó a Thomas con la mejor Agatha Christie», pero, que, según relataron ayer Montesinos y el actor Agustín González, quien interpreta al comisario que investiga los hechos, «es un thriller psicológico de ambiente, de miradas» que se aleja de los cánones deductivos que empleaban los célebres Sherlock Holmes o Poirot.
Además de González, el reparto de actores está integrado por Andoni Ferreño, que interpreta a un hombre; Daniel Corban, cuya mujer desaparece en pleno viaje de novios en Los Alpes y que se da a la bebida roto por el abandono; Sandra Toral, que da vida a Florence, la mujer que dice ser su esposa pero a quien él no reconoce como tal, y Juan Jesús Valverde, el párroco. Francisco Merino, en el papel de «El Cogorza», y Esperanza Elipe, como la enfermera, completan el reparto.
«La virtud está en la trama; no se bucea en las entrañas psicológicas de los personajes puesto que éstos son bastante arquetípicos. Las deducciones en ningún momento las hacen ellos, ni siquiera el comisario, sino que recaen sobre el público», explicó el director. Esta circunstancia hace que la obra sea casi «interactiva» tal es el grado de participación de los espectadores y el barullo que se crea en ciertos momentos en el patio de butacas. Valga como anécdota el caso de una mujer que, durante una representación en Toledo, voceó al protagonista qué consejos debía considerar y cuáles no.
JUGUETE POLICIACO
El conflicto se va resolviendo poco a poco, con la modificación de los testimonios, las percepciones, las pruebas..., de tal forma que la solución al enredo se va desmontando hasta que se construya definitivamente al final. «Es un juguete policiaco perfecto, porque combina la intensidad del engranaje de la intriga con pinceladas de humor para que el público descargue la tensión acumulada», explicó Luis Lorente, uno de los productores. «Concebida como un divertimento, su objetivo es el entretenimiento del público». añadió. «Sale como si se hubiera bebido una o a lo sumo dos copas de champán: contento», manifiesta González.
Lo último que el espectador deberá tener en cuenta sobre «Trampa para un hombre solo» es una advertencia de su director: «En el programa figura una recomendación esencial: no cuenten el final».
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