Mikel Iriondo: «Hablé en euskera con uno de ellos»

El «comando Zuhatza» (árbol) de ETA, desmantelado el pasado jueves en Éibar, tenía entre sus objetivos a tres vecinos de esta localidad guipuzcoana: Mikel Iriondo, profesor titular de la Universidad del País Vasco y miembro de «Basta ya»; su alcalde, el socialista Iñaki Arriola, y la concejal del PP Regina Otaola. De Iriondo, los presuntos terroristas -Ricardo Aramburu, María Simone Beguiristain y Julen Eregaña- tenían controlados sus horarios, «así que a partir de ahora tendré que modificar mis hábitos de vida». Este es el único cambio que el miembro de «Basta ya» - antes también lo fue del «Foro de Ermua»- está dispuesto a hacer, «porque mis convencimientos van a seguir siendo los mismos. No han conseguido ni van a conseguir que renuncie a ellos. Los que formamos parte de «Basta ya» estamos por convencimiento, no es una circunstancia». Cuando recibió la llamada de la Ertzaintza dándole la pésima noticia de que figuraba entre los objetivos de ETA, a Iriondo no le produjo sorpresa alguna. «Somos miles los que estamos dando la cara en el País Vasco y ellos -por los etarras- siempre están detrás de los que denunciamos sus acciones. No es que me lo esperara, pero siempre he tenido la intuición o la sospecha de que aparecería en sus listas».El profesor titular de la Universidad del País Vasco -está a las puertas de ser catedrático- relata casi como si se trata de una casualidad -«Éibar, pese a tener 30.000 habitantes, es un pueblo y nos conocemos casi todos»- el que días antes de que la Policía desmantelara el «comando Zuhatza» se encontró en una calle de Éibar con uno de los terroristas detenidos, del que no quiere revelar su nombre. «Nos paramos frente a frente y mantuvimos una breve conversación en euskera sobre asuntos banales, de política, claro está, no hablamos nada. A los otros dos los conocía de vista». Uno de los encarcelados era el que había anotado sus movimientos.Iriondo comenta el encuentro con el que resultó ser un miembro de ETA hasta con «sentido del humor. Tampoco estoy dispuesto a perderlo, sería lo último. A partir de ahora tendré que cuidar más de mi cabeza para no ponerles las cosas fáciles».

MANTENER LA ESPERANZA El miembro de «Basta ya» y colaborador de ABC acusa la falta de libertad que padecen los no nacionalistas hasta el punto de que llega a calificar a su casa como una «celda» de la que no puede salir tranquilamente ni siquiera a comprar pan. «Siempre tengo que ir acompañado por los escoltas». Pese al trágico destino que le tenían preparado los etarras, Iriondo mantiene la esperanza de que las medidas que a nivel internacional se están adoptando contra el terrorismo tras los atentados contra Estados Unidos «alcancen también a ETA, aunque su fin lo veo bastante lejano». Al mismo tiempo reclama a los nacionalistas más voluntad para acabar con ETA. «Algunos de ellos con sus discursos maximalistas están haciendo el «caldo gordo» a los terroristas; otros están dando pasos, pero no son los suficientes». En su opinión, es evidente que «primero tenemos que acabar con ETA y después ya veremos quién tiene más fuerza».Iriondo, que horas después de estas declaraciones será informado con detalle de los datos que sobre él tenían los terroristas, tiene claro cuáles son ahora sus objetivos: «Cuidar de mi cabeza» y que «mi familia -dos hijos, mujer y un padre de 90 años-asimile rápidamente estos hechos». De ellos ha recibido todo el apoyo; de los vecinos de Éibar podría «contar con los dedos de una mano» los que le han expresado su solidaridad.