La clave
Hemingway dijo que «cuando se escribe bien y con sinceridad de una cosa, esa
Hemingway dijo que «cuando se escribe bien y con sinceridad de una cosa, esa cosa significará después otras muchas cosas», pero se hartó de afirmar que «El viejo y el mar» no ocultaba simbolismos, y que el viejo era el viejo, y que el mar era el mar.
Mi marido sostiene que los servicios secretos buscan una clave oculta en mis palabras, por escribir del pájaro moscón, en plena campaña electoral, disponiendo de una columna. Tiene razón. La columna es el único lugar donde se puede hacer el más libre de los discursos hasta el punto final, sin miedo a verse interrumpido. No creo que exista mayor lujo. Claro que, últimamente, asistimos con inusitada frecuencia a la caza del columnista. La manera en la que los demás nos quedamos, recuerda a la caza de las gacelas en el desierto, tal y como la describe Morales Agacino en un boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural en 1949: «Las gacelas no fogueadas presentan un comportamiento, ante la aparición de un coche, verdaderamente insospechado; son de una ingenuidad venatoria que maravilla. Lo ven llegar, observan cómo se para, miran a los hombres cómo cargan sus armas, oyen silbar las balas, escuchan las detonaciones de los disparos y nada, tan inmóviles como al principio. Cae una de ellas, y continúan impasibles con las orejas en expectación». Y eso es lo que me asusta de la política: vivir bajo un Gobierno que no admita la crítica en sus propias filas. Menos mal que existen las urnas.
Por la fecha en la que se celebran estas elecciones, sobrevolarán los colegios electorales, con sus chirridos de acantilado, los vencejos.
Y los vencejos son los vencejos, y las urnas son las urnas.
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