Comida y arte se funden en la exposición que despide la Capitalidad de Salamanca
«Comer o no comer» pone sobre la mesa un estudio provocativo de las relaciones que han mantenido el arte y la alimentación humana desde el siglo XX

El Centro de Arte de Salamanca -CASA- acoge hasta el próximo 19 de enero de 2003 la exposición «Comer o no comer», una de las propuestas más ambiciosas de la programación de la Capitalidad Cultural Europea. Importantes obras de un extraordinario plantel de creadores y artistas, los más destacados del siglo XX y principios del presente, entre ellos Salvador Dalí, Joan Miró, Bracque, Gris, Andy Warhol, Giorgio Morandi o Georg Gras, cuelgan en las paredes o se esparcen por los suelos del CASA.
El comisario de la muestra, Carlos Jiménez, explicó ayer que nunca como en esta exposición se había analizado la relación entre el mundo de la gastronomía y la creación artística. «Comer o no comer» aglutina obras de 106 artistas representativos de las diferentes corrientes artísticas de los últimos cien años: cubismo, futurismo o surrealismo. Según Jiménez, esta exposición estudia, desde la expresividad de las obras que se muestran, las relaciones que han mantenido el arte y la alimentación humana a lo largo del siglo XX y en el curso actual del siglo XXI.
Así, por ejemplo, se definen periodos históricos, como el comprendido entre los bodegones cubistas y las latas de sopa Campbells de Warhol, que lo es también de las dos guerras mundiales, de revoluciones como la soviética y la china y de una agitación política que logró introducir en los ámbitos del arte y la cultura el tema crucial del hambre. A juicio del comisario, «el hambre que entonces asedió como un fantasma a las sociedades europeas y que hoy día parece confinado exclusivamente en el Tercer Mundo».
Traducción «gastronómica»
«La historia de las relaciones entre el arte y la comida es, sin embargo, tan extensa y diversa y ofrece tantas facetas y matices que no puede enclaustrarse en los límites de una muestra artística, aunque éste sea el reto que se plantea «Comer o no comer»», indica Jiménez.
Los organizadores aseguran que ha sido imprescindible realizar una operación previa de selección con el fin de ofrecer al público una muestra que, aunque limitada, fuese representativa de cómo el arte de este periodo asumió y tradujo a sus términos los asuntos de la comida. La exposición va más allá de las obras y, por ello, se editará un amplio catálogo con artículos de destacados especialistas que reflexionan sobre aspectos decisivos.
El proyecto se divide en dos grandes bloques, «Estados alterados» y «Comer, crear, pensar, disfrutar», complementarios uno de otro, aunque de características muy distintas. El primero de ellos estudia el período comprendido entre las vanguardias del siglo XX y los últimos años sesenta, mientras que la segunda fase se centra en el arte actual, abarcando las tres últimas décadas del movimiento contemporáneo. La propuesta combina pintura, escultura, fotografía, vídeo y «performances» en una puesta en escena que se complementa con actividades que buscarán durante los próximos dos meses debatir sobre los agentes que intervienen en los procesos de desarrollo de los alimentos a nivel mundial y las políticas que los articulan.
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