George Foreman sospecha que le drogaron cuando cedió el título ante Ali en 1974
ABCHOUSTON. El púgil estadounidense George Foreman, ex campeón del mundo del peso pesado, señala en las memorias que ha publicado hace unas semanas que sospecha que pudo ser drogado durante la pelea
El púgil estadounidense George Foreman, ex campeón del mundo del peso pesado, señala en las memorias que ha publicado hace unas semanas que sospecha que pudo ser drogado durante la pelea que perdió frente a Muhammad Ali.
Foreman explica en su libro de memorias, que lleva por título «God in My Corner» (Dios en Mi Esquina), que fue drogado antes de que diese comienzo la pelea, el 30 de octubre de 1974, frente a Ali, que se celebró en el antiguo Zaire, actualmente llamada República Democrática del Congo.
Una pesadilla
El ex campeón del mundo, que llegó a la pelea como el gran favorito, vio cómo el combate denominado «Rumble in the Jungle» se convirtió para él en una pesadilla que pudo comenzar poco antes de subir al cuadrilátero.
La estrategia de Ali era irse contra las cuerdas y encajar los golpes de Foreman hasta que éste acusase el cansancio y se viera afectado por el calor tropical de estas latitudes.
Todo salió como había establecido Ali. En el octavo episodio sacó sus puños y dejó «k.o.» a Foreman, con lo que recuperó el título de campeón del mundo, informa Efe. Ahora, Foreman, de 58 años, dice que, además del calor tropical, también hubo algo que hizo que su organismo sintiese el cansancio antes de lo debido.
Agua con sabor a medicina
Foreman explica que antes de que diese comienzo tan histórico combate, su preparador le dio a beber agua que sabía a medicina. «De hecho escupí la mayor parte... y le dije a mi preparador: Estoy seguro de que esta agua tiene alguna medicina», escribe Foreman en sus memorias. «Subí al cuadrilátero con el sabor a medicina en mi boca», indica.
El ex campeón del mundo también describe en sus memorias que, después del tercer asalto, comenzó a sentirse cansado, como si hubiese boxeado los quince «rounds» a los que estaba pactada la pelea.
«Me preguntaba a mí mismo qué era lo que estaba pasando conmigo y también pensé si alguien había puesto alguna droga en mi agua», narra Foreman en las páginas de «God in My Corner».
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