Ignacio Amestoy, Premio Nacional de Literatura Dramática
El autor vasco ha obtenido el galardón por su obra «Cierra bien la puerta», representada en los escenarios por Beatriz Carvajal, Ainhoa Amestoy y Elisenda Ribas
MADRID. El dramaturgo y periodista Ignacio Amestoy obtuvo ayer el premio Nacional de Literatura Dramática por su obra «Cierra bien la puerta», centrada en el conflicto entre padres e hijos en la generacioón del 68. Amestoy, nacido en Bilbao en 1947, es profesor de la RESAD.
Ayer declaraba a ABC su satisfacción por el premio obtenido, del que supo la noticia cuando se encontraba dando clase. «En esos momentos hablaba de Calderón. Aunque estaba preparado para todo, al ver entrar al director, Ignacio García May, me dije: bueno, aquí ha pasado algo... La verdad, ha sido muy agradable». «Cierra bien la puerta» se ha representado con las actrices Beatriz Carvajal, Ainhoa Amestoy y Elisenda Ribas por provincias durante la temporada pasada hasta llegar a Madrid, al Centro Cultural de la Villa.
Amestoy dice de la obra que, de alguna manera, es «un homenaje a nuestras mujeres periodistas, en un territorio un pelín machista como es el periodismo... Decía Jaime Peñafiel que «el pan como hermanos y la noticia como gitanos»... Es una profesión muy dura, especialmente para una mujer. Cuando tuve la idea, enseguidá pensé que había que escribirla, pese a los problemas que tiene el tratar el tema».
Se declara buen espectador. «Voy a los teatros a disfrutar. No puedo ir a ver una exposición si no voy con amor». Y analiza la manera en la que el premio potencia a un autor: «Facilita las cosas para que te sea más fácil acceder a los escenarios en estos momentos en los que hemos llegado a una desconfianza con el autor español vivo verdaderamente aterradora. Los empresarios están más pendientes en elaborar un producto espectacular de entretenimiento, que en hacer un proyecto teatral. Es decir, el producto frente al proyecto».
Recuerda tiempos mejores, «en el año 1930 concretamete, cuando Arturo Serrano llevaba con Isabel Garcés treinta o más funciones distintas para dos meses en Bilbao. En estos momentos, lo que interesa es hacer productos para que gusten en la red... En Madrid hay sesenta mil espectadores auténticamente teatrales, que no son habituales de «El fantasma de la ópera» o de «5 Hombres. com.». Esos espectadores son un público aficionado al que no se le está satisfaciendo y están desconectándose del teatro».
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