Sexualidad y Zapaterror
LA conquista del poder, la diplomacia y la política interior de J. L. Rodríguez

LA conquista del poder, la diplomacia y la política interior de J. L. Rodríguez Zapatero se perciben víctimas de la debilidad, el oportunismo y la terapia de grupo más o menos fanatizada.
«Para muchos, incluso entre sus propios partidarios, Zapatero es un líder político accidental, que ganó el poder por azar», escribe Soeren Kern en American Thinker, agregando: «Zapatero se benefició entonces de la histeria fomentada por sus partidarios y algunos medios de comunicación».
Sentado ese principio, Kern afirma que aquella trágica y accidental conquista del poder ha tenido consecuencias desastrosas: «Zapatero no solo ha debilitado la seguridad interior. También ha destruido la credibilidad internacional de España». No sin cierta crueldad, Kern recuerda una famosa declaración de Zapatero (Time Magazine, septiembre 2004): «La igualdad sexual es mucho más efectiva contra el terrorismo que la fuerza militar».
En la escena internacional, el analista de American Thinker describe el proyecto de Alianza de Civilizaciones como una «terapia de grupo multilateral». En la escena nacional, Kern teme que Zapatero «ha dejado a España mucho más frágil ante la intimidación terrorista». «Solo es cuestión de tiempo el nuevo atentado de ETA». A juicio de Kern, «Zapatero ha dividido a España como en los peores tiempos de la Guerra civil. Y, cuando España está dividida, el terrorismo se refuerza».
En París, Le Journal du Dimanche abunda en un terreno mucho más optimista, publicando una entrevista con Ángel Laborda, director de Coyuntura de Funcas, convencido que los grandes grupos españoles (bancos y construcción) van a continuar conquistando posiciones internacionales, comenzando por Europa del este.
Dos notas feministas de muy distinto signo. En Buenos Aires, Jesús Caldera declara a Clarín: «Con más mujeres en las empresas, la toma de decisiones será más eficaz». En Londres, el Times ironiza sobre Ségol_ne Royal, candidata socialista a la presidencia francesa, que fue «Zapatera», dice, antes de convertirse en «Zapaterror».
Juan Pedro Quiñonero
REVISTA DE PRENSA
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