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La Violetera, a Las Vistillas

La polémica estatua de La Violetera, obra del escultor Santiago de Santiago, ya tiene ubicación: Las Vistillas. Lo decidió ayer la comisión de Estética Urbana del Ayuntamiento. La figura reposa en los almacenes municipales desde que fue retirada, va para dos años, de la calle de Alcalá.

La Violetera, obra de Santiago de Santiago, volverá a verse en Madrid. Abc

La Violetera, la escultura obra de Santiago de Santiago que durante años pudo verse en la esquina de Alcalá con Gran Vía -de donde fue retirada con bastante sigilo por los responsables locales hace dos años- tiene ya ubicación definitiva. Su destino serán Las Vistillas, lugar castizo donde los haya, y será así porque así lo ha decidido la comisión municipal de Estética Urbana en su reunión de ayer.

Hace ahora seis meses, esta misma comisión encargó al escultor Santiago de Santiago un estudio que explicase las circunstancias en las que creó la estatua de La Violetera, tras duras críticas a su valor estético y todo tipo de especulaciones sobre su origen, incluida la de que era una reproducción de la cupletista Celia Gámez. La realidad es muy otra: la escultura fue encargada por el propio Ayuntamiento, en tiempos del alcalde Agustín Rodríguez Sahagún, como homenaje al músico José Padilla, informa la Fundación dedicada al compositor.

Retirada hace dos años

Hace dos años, esa estatua -símbolo para algunos del «estilo cutre» del alcalde Álvarez del Manzano, aunque en realidad él no fue quien la encargó - se retiró de la esquina de Alcalá con Gran Vía, y fue trasladada al Almacén de Villa, donde reposa desde entonces.

Mucho se ha especulado sobre la estatua y a quién representa. Tanto, que en una reunión de la Comisión de Estética Urbana -de la que forman parte los tres grupos políticos municipales y representantes del Colegio de Arquitectos de Madrid, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Fundación Amigos de Madrid, además de los Cronistas de la Villa- decidieron pedir un informe al autor.

La solución la tenían sin necesidad de salir de la Casa de la Villa: fue el alcalde Agustín Rodríguez Sahagún quien encargó el monumento, en el año 1990. Tras una entrevista con los responsables de la Casa Museo José Padilla, el regidor resaltó la conveniencia de dedicarle un monumento al maestro.

Todos convinieron en que el monumento más representativo de su obra -entre la que se encuentran temas como «El relicario», «Valencia» o «Estudiantina madrileña»- sería, precisamente, uno dedicado a «La Violetera», una de sus obras más conocidas. Entre las razones que expuso Rodríguez Sahagún, según informa la responsable de la Casa Museo Padilla, Eugenia Montero, están las siguientes: esta melodía era conocida internacionalmente; las violeteras existen también en otras ciudades, como París; además, ubicarla en la calle de Alcalá tenía un doble sentido porque esta vía era, en otra época, un lugar muy frecuentado por las violeteras.

Audiencia real

El deseo del alcalde se tradujo pronto en un proyecto de monumento, redactado en octubre de 1990. Incluso se tanteó la posibilidad de que junto a la estatua se pudiera escuchar la música que la daba nombre a determinadas horas del día.

Los representantes de la Casa Museo José Padilla fueron recibidos en audiencia por el Rey de España, Juan Carlos I, el 24 de mayo de 1991, apenas un mes después de que La Violetera se colocara en la calle de Alcalá. En aquella ocasión, al monarca se le entregaron los planos del monumento, una biografía del compositor y un disco.

El 17 de febrero de 1992, la Infanta Cristina inauguró la Casa Museo José Padilla. La acompañaba el alcalde, José María Álvarez del Manzano. Santiago de Santiago, presente también en el acto, entregó a la Infanta una réplica de la estatua dedicada a La Violetera. La música de Padilla, recuerdan en su Casa Museo, ha sido declarada en París de interés internacional.

A los abogados de Atocha

Esta misma comisión decidió ayer otras cuestiones, entre ellas la instalación de una escultura conmemorativa de los abogados asesinados en su despacho de la calle Atocha en 1977. El monumento es obra de Juan Genovés y recrea su pintura «El Abrazo», y se instalará en la plaza de Antón Martín.

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