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A la espera del «Miracle»

POR ROGER JORROBARCELONA. Esperaban que el escualo hiciera honor a su nobre. Los técnicos del Aquàrium de Barcelona intentaron durante todo el día de ayer salvar la vida de «Miracle», el tiburón

POR ROGER JORRO

BARCELONA. Esperaban que el escualo hiciera honor a su nobre. Los técnicos del Aquàrium de Barcelona intentaron durante todo el día de ayer salvar la vida de «Miracle», el tiburón apresado el lunes por la tarde en la playa homónima de la ciudad de Tarragona. El animal se encontraba en una situación crítica, ya que un problema físico aún por determinar le impedía nadar y, como consecuencia, respirar.

Biólogos y buzos de la instalación se turnaban para moverlo constantemente en círculos, deteniéndose sólo para exponerlo a un caño de agua a presión. Ambas acciones tenían como objetivo estimular las branquias de «Miracle», lo que le permitía inhalar oxígeno y seguir con vida.

La situación, sin embargo, se antojaba crítica y las próximas horas serán cruciales para que el tiburón muera o inicie una lenta recuperación. «Es incapaz de moverse. Lo mantenemos artificialmente y así no podemos estar toda la vida», explicó Patrici Bultó, jefe de Biología del acuario barcelonés. Bultó, con rostro de cansancio, relataba cómo los técnicos habían pasado la noche entera cuidando a «Miracle», hasta que la situación tomó un cariz dramático. «Cuando llegamos al acuario parecía que había posibilidades de recuperarlo, pero durante la madrugada se nos fue, dejó de nadar», decía apesadumbrado.

Comportamiento anormal

Mientras «Miracle» se movía precariamente en una piscina auxiliar, asistido por un buzo, los técnicos del acuario explicaban la excepcionalidad de la situación: «Su comportamiento es totalmente anormal. Se han dado casos de tiburones azules que se han acercado a la orilla o a los puertos, pero no es habitual que un tiburón quede embarrancado en la arena una y otra vez».

El anómalo proceder del escualo hace sospechar a los biólogos que «Miracle» puede padecer algun tipo de disfunción interna en su sistema de orientación. Lo que sí es seguro es que presenta una herida de arpón en la aleta dorsal.

Precisamente, la débil condición física del animal convenció a los expertos a trasladarlo al oceanario de Barcelona, donde ya viven cuatro ejemplares de la misma especie. Sin embargo, si el tiburón se recuperase, el objetivo sería la liberación en alta mar. «No tenemos ningún interés en el tiburón, más allá de mantenerlo con vida. Si lo salvamos, lo devolveremos al mar, su hábitat natural», declaró Patrici Bultó.

«La gente le pegaba»

Técnicos del Aquàrium rescataron al tiburón el lunes poco antes de las siete de la tarde en la playa del Miracle de Tarragona. Su presencia había generado una gran expectación en la ciudad y las autoridades habían clausurado parte de la playa por seguridad.

Pero no todo el mundo hizo gala de la misma prudencia. «Hubo personas que entraron en la playa e intentaron cazarlo, o le atizaban con zapatillas de playa en cuanto quedaba varado en la arena. Había un peligro para las personas pero también para el animal», explicó Patrici Bultó.

El merodear del jaquetón de Milberto en el área de baño de Tarragona obligó a movilizar con urgencia al equipo del Aquàrium. «Me encontraba de vacaciones con mi mujer y nos avisaron de que el Ayuntamiento de Tarragona y el Departamento Agricultura, Ganadería y Pesca nos necesitaban», manifestó Bultó.

La caza del escualo se complicó, ya que los técnicos esperaron todo el día a que «Miracle» embarrancara de nuevo en la costa. No lo hizo hasta el lunes por la tarde. «Cuando nos habíamos quitado los trajes de neopreno y nos disponíamos a partir para regresar al día siguiente, la gente empezó a chillar y a correr. Tuvimos que intervenir en bañador porque la situación se tornó peligrosa, la gente lo acorraló» , narró el responsable de Biología de la instalación barcelonesa. «Lo pusimos boca arriba para que se relajara. Aun así, se revolvía e intentaba mordernos», añadió.

Ayer, después de la peculiar cacería del lunes, las caras de los expertos presentaban síntomas de sueño y los cuerpos mostraban quemazones producidas por la áspera piel del escualo. Sin embargo, la esperanza de salvar a «Miracle» vencía a unas heridas que no laceraban su determinación.

El jaquetón de Milberto capturado en una playa de Tarragona se debatía ayer entre la vida y la muerte en el Aquàrium de Barcelona _ El ejemplar, agonizante, tiene entre 15 y 20 años de edad

ELENA CARRERAS

Un buzo ayuda al tiburón bautizado como «Miracle» a nadar en una instalación del Aquàrium de Barcelona

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