Rehabilitación ejemplar
El Palacio y Sitio de Tabladillo se ubica en la dehesa del mismo nombre, en el municipio abulense de Ojos Albos, a unos 16 kilómetros de la capital amurallada. Entre las suaves ondulaciones del

El Palacio y Sitio de Tabladillo se ubica en la dehesa del mismo nombre, en el municipio abulense de Ojos Albos, a unos 16 kilómetros de la capital amurallada. Entre las suaves ondulaciones del terreno, se erige una construcción renacentista que, en los últimos doce años, ha resurgido de sus cenizas para convertirse en exponente señero de la arquitectura señorial del siglo XVI gracias al esfuerzo de su propietario, Diego Alcázar, por recuperar su esplendor. Este empeño ha merecido el Premio Unión Europea-Europa Nostra de Patrimonio Cultural 2006.
El Sitio de Tabladillo se extiende a lo ancho de 15.000 metros cuadrados, de los cuales 5.000 los ocupa la casa. Alrededor del majestuoso edificio se ubican una pequeña iglesia, también recuperada, edificios para los empleados de la finca que rescatan la arquitectura tradicional del lugar, las cuadras de los caballos y un picadero. Desde el palacio se perfilan en el paisaje las casas de Ojos Albos y las suaves extensiones onduladas, verdes y marrones, de las dehesas de Ávila.
El palacio «es de herencia familiar», comenta su propietario, Diego Alcázar, frente a la fachada del magnífico edificio del siglo XV, que guarda entre sus piedras siglos de historia. Estos terrenos, añade, «fueron creados como mayorazgo por Juan II de Castilla en 1452».
Cambios e incendios
A lo largo de los años, el Palacio de Tabladillo ha sufrido varios cambios e importantes deterioros, incluso incendios, subsanados sucesivamente por los propietarios del sitio, con más o menos acierto. Cuando llegó a las manos de Alcázar, las ruinas atenazaban gran parte del conjunto.
Diego Alcázar ha puesto empeño y casi devoción en la recuperación del lugar, además de una inversión de unos seis millones de euros y doce años de intenso trabajo. Para ello, ha contado con la inestimable ayuda de Rodrigo García, quien ha ejercido como maestro de obras y descubridor de interesantes lugares del palacio, como un curioso sistema de canalizaciones de agua o escapes secretos para los amos del lugar.
Principios del siglo XV
El palacio data de principios del siglo XV y las galerías y patios de estilo renacentista fueron añadidos a finales del siglo siguiente. Toda esta construcción, apunta Alcázar, se estructura en torno a la torre fortificada que aún se conserva y que fue construida con anterioridad, en torno al año 1220. En el momento de rehabilitarla, «estaba inclinada sobre la vertical 70 centímetros, a punto del derrumbe», asegura el propietario.
El virrey de Perú, Blasco Núñez de Vera, decidió construir una casa palaciega en el Sitio de Tabladillo, confiriendo majestuosidad y porte noble a lo que antes, probablemente, no fueron más que unas casas de labranza defendidas por la torre fortificada. El palacio fue habitado posteriormente por el marqués de Sofraga, el conde de la Roca, el marqués de Peñafuente y, por último, por el marqués de la Romana. Alcázar se propuso devolver el porte noble al Palacio y Sitio de Tabladillo. Así, comenzó «una restauración a fondo» con el fin de dejar las construcciones «como las trazas nos dijeran que estuvo en su mejor época». El resultado es espectacular.
Este largo y minucioso proceso de restauración y puesta en valor de un excepcional ejemplo de casa señorial del siglo XVI ha sido recompensado con la concesión del Premio Unión Europea-Europa Nostra del Patrimonio Cultural 2006. Alcázar se muestra «encantado» con el galardón, que premia en parte el esfuerzo de rehabilitación acometido durante tantos años.
M. MARTIN
La restauración del Palacio de Tabladillo, en Ojos Albos (Ávila), ha recibido el Premio Europa Nostra de Patrimonio Cultural 2006
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