«Nos avergüenza estar a la cola en Europa, no debemos estar sólo con los grandes en aventuras militares»
Once investigadores de prestigio internacional proponen seis compromisos en su propuesta de «Pacto de Estado por la Ciencia» para garantizar el progreso y crecimiento de España

MADRID. En juego está el riesgo de hipotecar el crecimiento y el progreso social de nuestro país, pero con un «Pacto de Estado por la Ciencia» esa amenaza se desvanecería. Con el ánimo de promover un acuerdo generalizado de todo las fuerzas políticas y sociales sobre la necesidad de apoyar la investigación con un escenario estable en sus presupuestos, organización y gestión, once investigadores de prestigio internacional han elaborado un documento con seis compromisos fundamentales.Auspiciado por la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, el documento fue presentado ayer por ocho de sus once promotores, la mayoría directores de nuestros principales centros de investigación biomédica,
Compromiso con el desarrollo. Los científicos subrayaron la necesidad de que el Gobierno, Comunidades Autónomas, partidos políticos y el resto de agentes sociales asuman la idea de que invertir en ciencia es invertir en desarrollo, productividad y nivel de vida. Como portavoz de este grupo de científicos, Joan Guinovart, director del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, dijo que el nivel de desarrollo social alcanzado por España en los últimos 25 años no se corresponde con su grado de desarrollo científico y tecnológico. Y alertó de que el modelo que sustenta nuestra economía ya muestra signos de agotamiento. Para invertir en su futuro y converger con la economía basada en el conocimiento que se ha fijado la UE, el documento precisa que España debe asumir el compromiso de alcanzar en 2010 un gasto en investigación y desarrollo correspondiente al 3% del PIB. «Sin embargo, no se ve que en España se estén tomando las medidas necesarias», apostilló Guinovart, tras recordar que nuestro gasto se sitúa en el 1% del PIB. «Estamos avergonzados de estar siempre en la cola de las estadísticas europeas, junto a Portugal y Grecia», subrayó. Y al hilo de esa opinión destacó que en los presupuestos del Estado «se están camuflando muchas partidas de gasto militar que nada tienen que ver con I+D. Debemos estar entre los grandes no sólo en aventuras militares».
Compromiso institucional. Los investigadores reclaman un mayor esfuerzo en la organización y coordinación de la ciencia. «Las expectativas suscitadas por la creación hace cuatro años del Ministerio de Ciencia y Tecnología no se han cumplido -dijo Guinovart-. Hay una enorme dispersión de organismos y agencias de los que depende la investigación en España. Necesitamos un esfuerzo de continuidad y planificación para acabar con los vaivenes de las convocatorias de proyectos. Queremos un calendario estable que no cambie cada año».
Compromiso financiero. La propuesta de Pacto de Estado por la Ciencia señala que el «esfuerzo inversor que debería hacer España para alcanzar en pocos años la media europea del 2% del PIB, aunque en términos absolutos puede parecer importante, no lo es en términos relativos ni está fuera del alcance de los Gobiernos». El documento precisa que, durante algo más de una década, el presupuesto destinado a investigación ha permanecido prácticamente estancado y no se ha ejecutado en su totalidad en los últimos ejercicios. Guinovart concretó que deberían duplicarse como mínimo los fondos, aunque para converger con la UE tendrían que triplicarse. También se pide transparencia. «Sí debe haber investigación militar, pero no fabricación y construcción de tanques o fragatas con los presupuestos de I+D», añadió.
Compromiso con el investigador. Los redactores de la propuesta afirman que el número de investigadores debería haberse duplicado en 2010. Denuncian que España se ha convertido en un país exportador de jóvenes investigadores muy bien formados, que se disputan en el extranjero los laboratorios punteros. Sin embargo, carecen de las oportunidades para volver. Y cuando pueden, por ejemplo a través del programa «Ramón y Cajal», es en condiciones precarias, muchos de ellos ocupando algún rincón que sus antiguos directores de tesis les ceden en sus laboratorios, aseguró Guinovart. La bioquímica Margarita Salas aseveró que se detecta un «enorme desencanto en los jóvenes porque piensan que no hay futuro en la investigación. Podemos tener un vacío generacional en la ciencia española. Todavía estamos a tiempo de solucionarlo, pero hay que afrontarlo de forma urgente». El documento también destaca que la cuantía de las subvenciones que se conceden a los proyectos cubre sólo lo básico. «No es suficiente para incorporar las nuevas tecnologías de la genómica y la proteómica», aseguró Joan Guinovart.
Compromiso con la estructura. «Salvo excepciones, España está falta de grandes centros con capacidad para competir internacionalmente en condiciones, y ninguna de nuestras Universidades forma parte de las cien mejores del mundo en resultados de investigación», dice el documento. También alude a la política industrial, donde se apunta que «en España, salvo excepciones, apenas hay industrias que invierten en investigación».
Compromiso con la sociedad. Este grupo de investigadores destaca que la ciencia es sinónimo de progreso y fuente de riqueza y bienestar. Y al mismo tiempo es sinónimo de cultura. «Los países cultos se miden no sólo por sus artistas, literatos, músicos o pintores. También lo hacen por el nivel de sus científicos, de personajes capaces de entrar por la puerta de la historia. Sólo Ramón y Cajal y Severo Ochoa ocupan este escalafón en España. Un bagaje demasiado pobre para un país como el nuestro», concluye el documento.
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