Nueva madrugada de «odio okupa» en Valencia, donde la Policía refuerza su dispositivo
ESTEBAN VILLAREJOVALENCIA. «Vive y odia» o «Habeis mobido ficha... venganza» (literal) o «Independencia!» son algunas de las pintadas con las que se despertaron ayer lo vecinos de los barrios

ESTEBAN VILLAREJO
VALENCIA. «Vive y odia» o «Habeis mobido ficha... venganza» (literal) o «Independencia!» son algunas de las pintadas con las que se despertaron ayer lo vecinos de los barrios valencianos de Benimaclet, Russafa o El Carmen que durante la madrugada tuvieron que soportar una nueva jornada de violencia «okupa», segunda consecutiva registrada en Valencia después de que trece vehículos fueran incendiados durante la noche anterior en el barrio del Cabanyal y tres personas fueran detenidas, una de ellas menor.
Ayer tan «sólo» quemaron una decena de contenedores y siete papeleras en estas tres zonas de la ciudad. Es la «kale borroka» pero «okupa», un término, el primero, que nos traslada a otras regiones de España y con el que seguramente tiene a bien identificarse parte de este movimiento que en ocasiones se reviste de cierto halo socio-lúdico-cultural.
Curiosamente, los actos vandálicos coinciden en el tiempo con la reflexión de la teniente de alcalde de Barcelona y pareja del consejero de Interior de la Generalitat de Cataluña, Imma Mayol, quien abogó el jueves por despenalizar la «okupación» de viviendas ya que «hay okupas buenos y okupas malos».
Relación con un desalojo
A tenor de las pintadas y de las pesquisas policiales, esta nueva reactivación del movimiento «okupa» en la Comunidad Valenciana -que desde noviembre de 2005 apenas había ocasionado disturbios y que tuvo uno de sus picos en 1999 cuando un joven «okupa» murió durante unos disturbios en un teatro- está ligada al último desalojo, el pasado miércoles, de una casa abandonada que ocupaban ilegalmente en la calle de la Reina, el autoproclamado «centro social ocupado Malas Pulgas», todo un nombre premonitorio que amenaza con extender la plaga: «Una pulga ha muerto, mil más nacerán. Okupa y resiste». Fuentes de la Policía aseguraron que en la capital valenciana hay tres casas de «okupas», dos en el Carmen y otra en Benimaclet, «con una población flotante ya que muchos de los miembros de este colectivo se mueven periódicamente desde Barcelona, Madrid o la propia Valencia, funcionan como una especie de «secta»».
Este rebrote violento da qué pensar a los vecinos de las zonas valencianas afectadas -no sospechosas por su opulencia- ya que temen «que los disturbios no acabarán aquí» y muestran su preocupación por el posible arraigue del fenómeno «okupa» en Valencia, como ha sucedido en Barcelona donde la permisividad de las autoridades ha contribuido a su esparcimiento.
«¡Pero qué es lo que quieren!. ¡Para que queman unos contenedores que sólo sirven para arrojar la basura! ¡Y el otro día los coches! Esto hay que cortarlo ya», se quejaba uno de los vecinos de Benimaclet al enterarse de lo sucedido justo en el momento en el que operarios del servicio de recogida de residuos del Ayuntamiento valenciano retiraban dos contenedores quemados de la calle Arquitecto Arnau -Industria (a las 2.40 horas de la madrugada), Emilio Baró (5.10), Real de Gandía (5.16), avenida de Valladolid (5.22), Rafelguaraf (5.25), Músico Hipólito Martínez (5.37) y Médico Diógenes López Mecho (6.12) fueron las otras afectadas-.
Un irlandés y una noruega
La Policía identificó a tres personas en Benimaclet presuntamente relacionadas con los incidentes: dos hombres, uno español (valenciano) y otro de nacionalidad irlandesa, y una mujer noruega. El fenómeno «okupa» suele arrastrar y aglutinar a personas de diferentes países. Además se incautaron de una garrafa de líquido inflamable, botes de pintura y sprays.
Efectivos de Policía Nacional y la Policía Municipal colaboran en un dispositivo especial para atajar este problema en las zonas afectadas de Valencia que se ha reforzado tras los últimos actos. «Los mismos agentes se encontraban en la madrugada de ayer en las zonas afectadas y su presencia evitó que el fuego se expandiera a los coches colindantes», aseguraron.
Vecinos de Benimaclet reclamaron mayor presencia policial para que los ataques «okupas» no se extiendan en los próximos días. Ayer tarde otros tres contenedores ardieron, en la calle Alzira (barrio de Jesús), aunque se desconocen todavía su vinculación con los actos vandálicos de la madrugada del jueves al viernes.
El portavoz del Consell, Vicente Rambla, confió en que la Delegación del Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento «establezcan las medidas de coordinación necesarias» para que estos incidentes «no alteren el orden normal que todos los ciudadanos demandan y exigen».
Por su parte, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, pidió «colaboración ciudadana para actuar de forma inmediata ante los incendios». Además aseguró que los disturbios «responden a un hecho aislado de reacción de personas no incardinadas en el sistema de vida normal, con una forma distinta de relación social».
Sobre esta idea apuntada por Barberá también discrepan los «okupas» a modo de «grafitti-adagio»: «La normalidad produce monstruos».
EFE
Una vecina del barrio de Benimaclet observa los destrozos provocados por los «okupas»
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