La «catedral de Justo» rompe fronteras
Una catedral de 8.000 metros cuadrados, con 26 bóvedas, una cúpula, dos claustros... sin proyecto ni licencia. Es la obra de 43 años de Justo Gallego, a la que un anuncio ha dado actualidad
Dicen que la fe mueve montañas y, sin duda, también puede construir catedrales. Justo Gallego, un mejoreño de casi 80 años, ha dedicado su vida, en cuerpo y alma, y nunca mejor dicho, a cumplir su sueño de juventud: levantar una iglesia-catedral en honor a la Virgen del Pilar, de la que era devota su madre.
Sin licencia municipal, ni proyecto técnico, la «catedral de Justo», como así se la conoce en su pueblo natal, ha sido y sigue siendo admirada por muchos turistas, que se acercan hasta Mejorada del Campo para contemplar su obra, de 35 metros de altura. Situada, curiosamente, en la calle de Antonio Gaudí, la espectacularidad de sus dimensiones no pasa desapercibida para nadie. Ni siquiera para los medios de comunicación extranjeros, que acuden en masa a conocer al creador de semejante milagro. Pero, con la experiencia que le dan los años, Justo ha entrado en el juego de la picaresca. No concede entrevistas ni se deja grabar sin que el interesado en cuestión participe económicamente en su proyecto. Así, y después de un reciente spot publicitario, Justo ya ha declarado que tiene «vendidos sus derechos de imagen». Todo sea por una ayudita para su catedral «de estilo greco-románico y orientada hacia Jerusalén», que valora en 6 millones de euros. El templo, según sus cálculos, podría estar terminado con «poco menos de cien millones de las antiguas pesetas» y su intención no es otra que la consagre el Obispo de la Diócesis de Alcalá para que pueda ser utilizada «para dar misas». La estructura la componen una sala capitular, veintiséis bóvedas, una cúpula, dos claustros, cuatro viviendas, una biblioteca, una sacristía y una cripta. Su curiosa historia, basada «en la fe que tengo en Dios», comenzó hace poco menos de medio siglo.
Autodidacta
Después de ocho años viviendo en el Convento soriano de Santa de Huerta,Justo Gallego enfermó de tuberculosis y tuvo que retirarse a su lugar de origen, Mejorada del Campo, un pueblecito de pocos miles de habitantes en el este de Madrid. A pesar de que no consiguió culminar su sueño de convertirse en religioso, Justo emprendió una aventura apasionante. Por ello, decidió en 1963 construir solo, y con sus propias manos, una gran catedral sobre los cerca de 8.000 metros cuadrados que poseía en Mejorada del Campo, propiedad de su familia. Pero la idea ya le rondaba la cabeza desde un par de años antes.
Ayudado por algunos libros de arquitectura italiana, el autodidacta creador utilizó todo tipo de materiales y deshechos de construcción como vigas, tubos de plásticos, madera... Mucho antes de que se pusiera de moda, él utilizaba técnicas de reciclaje de los más pintorescos elementos utilizando, por ejemplo, neumáticos gastados de camiones para dar forma a los arcos o usando ruedas de bicicletas como poleas. Todo vale si permite seguir edificando su obra llena de irregulares galerías, escaleras imposibles que no llevan a ninguna parte o bóvedas aún inacabadas.
De eso hace ya 43 años pero Justo, ataviado con su mono azul de trabajo, roído, y sujeto a su cintura con una vieja cuerda, sigue levantándose cada día a las siete de la mañana para ir a trabajar en su catedral.
En ocasiones, su sobrino le ayuda o, cuando el dinero se lo permite, contrata a un trabajador de la construcción para que le eche una mano en la obra de este ecléptico proyecto, cuyas fotografías han sido expuestas hasta en el MOMA de Nueva York por iniciativa del Ministerio de Asuntos Exteriores español. Justo, a pesar de su popularidad, continúa llevando la misma vida desde hace cuarenta años. Nunca se ha casado y vive con su hermana y sobrinos en Mejorada.
Un ideal
Entre sus pocas aficiones, está el fútbol: es forofo del Real Madrid, al que sigue a distancia. No le gustan las nuevas tecnologías, de hecho, hace muy pocos años que se acostumbró a la electricidad. Y, el único deseo que le gustaría cumplir antes de morir es el de ver su catedral terminada, un ideal, una utopía que representa su amor por Cristo y que ha conseguido impresionar al mundo.
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