De las tres chinas al juego de chinos
POR MABEL AMADOFOTO ÁNGEL DE ANTONIOMADRID. Nunca pensó que el sencillo juego que inventó para compartir las horas con los demás pastores de ovejas en los campos de Bercianos del Real Camino, en León

POR MABEL AMADO
FOTO ÁNGEL DE ANTONIO
MADRID. Nunca pensó que el sencillo juego que inventó para compartir las horas con los demás pastores de ovejas en los campos de Bercianos del Real Camino, en León, perviviría en el tiempo. Y mucho menos que un bisnieto suyo organizaría en Madrid un torneo abierto a toda España.
En pleno siglo XXI, José Antonio Hidalgo hace honor a su bisabuelo y continúa organizando el Campeonato Nacional de Chinos, que cumple este año su vigésima primera edición. Y es que con sólo tres «chinas» o piedras se logró diseñar un juego -o deporte, como prefieren llamarlo algunos- que no requiere esfuerzo físico, pero sí dosis de observación, habilidad y matemáticas.
Como recuerda Hidalgo, «este juego, que nació en las zonas rurales de León, fue progresivamente introduciéndose en la Península por las rutas de la trashumancia. Además, Bercianos del Real Camino, en plena ruta de Santiago, tenía un hospital de peregrinos donde pronto se instauró jugar a chinos durante las convalecencias».
Y de ahí, de los campos leoneses, pasó a la ciudad, donde pronto se hizo popular la imagen de los amigos y compañeros de carajillo o de cañas jugándose la siguiente ronda con tres monedas, piedras o palillos en la mano. Aunque la época de mayor apogeo fueron los años sesenta.
En las barras americanas
«En las barras americanas, las chicas de alterne solían jugarse a chinos las copas -afirma Hidalgo-. Como en esos lugares la luz era tenue y los consumidores llegaban ya un poco ´tocados´, las chicas solían decirles ´Abre tú´. Era el momento para contar y, si era necesario, pasar una piedra bajo la bayeta o tirarla al suelo, tras la barra». Como se imaginan, ellas ganaban siempre...
Porque trampas ha habido en todas las épocas. Por ejemplo, dependiendo de la habilidad del jugador, éste puede ponerse la moneda entre los dedos y al abrir el puño, si fuera necesario para ganar, mostrar una menos al contrincante. Pero no merece la pena. Como afirma Hidalgo, «la gente suele ser muy seria y, además de ganar, quieren pasar un buen rato y hacer amigos».
Como los que coincidirán de nuevo en el campeonato de este año. Serán sesenta -la mayoría repiten-, pero con poca presencia femenina. «Este juego comenzó entre hombres y no era común que las mujeres participaran ni en éste ni en ningún otro», afirma Hidalgo. Por eso, aunque las piedras se llaman chinas, el juego se «masculinizó» por «juego de chinos».
Sin embargo, en este campeonato se «oficializan» las chinas para guardar un orden y todos jugarán con el mismo modelo -unas figuras pequeñas de chinos metidos en un llavero- que ha diseñado el propio organizador.
Y, con las chinas en la mano, los grupos formados y el juez-árbitro presente, hoy comenzará el campeonato, que se desarrollará hasta el sábado, día 21, en el restaurante Melgar (Antonio López, 5). Tras la orden del árbitro, los primeros seis jugadores, cada uno de ellos con tres chinas, tendrá que adivinar el número exacto que hay tras los puños cerrados. Quien gane lleva un punto y, además, será el último que hable en la siguiente partida.
Mucha psicología
«Para jugar se necesita mucha psicología, observar cómo se va desarrollando la partida y tener en cuenta las tendencias de cada uno de los jugadores y si llevan un orden. Además, miramos a los ojos y nos fijamos en la mano y en cómo se marcan los nudillos según un número mayor o menor de piedras», afirma Hidalgo, hábil jugador y también participante que ya se ha alzado con el primer puesto en tres ocasiones.
Le dejamos practicando, como muchos de los participantes que esperan con ilusión el momento de comenzar a manipular las chinas dentro del bolsillo de sus chaquetas o pantalones. Cuando el juez dé la señal, estará prohibido usar expresiones de jugador avezado o lenguaje técnico. Para ello sólo hará falta cambiar de bar y escucharemos en seguida las tradicionales «En la mano un niño» -5-, «Los dos patitos» -22-, «El gancho del trapero» -7-, «Barreiros» -8-, «La niña bonita» -15-...
«En la mano un niño», «El gancho del trapero», «Barreiros», «La niña bonita», «Me arriesgo y digo blanca»... Con estas frases y con los puños sobre la mesa, nos adentramos en el juego de chinos
José Antonio Hidalgo se prepara para el campeonato de hoy
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