Rusia ofrece diez Mig-29 de regalo al Líbano por comprar carros de combate
La industria del armamento recurre a las rebajas para hacer frente a la crisis
La crisis obliga a agudizar el ingenio para mantener las ventas. Rusia es el segundo país del mundo, después de EE.UU., que más armas exporta y no quiere quedarse rezagada. Moscú negocia actualmente con Beirut la venta de una partida de carros blindados para el Ejército de Tierra libanés y, para animar al comprador, ha prometido regalarle nada menos que diez aviones de combate MIG-29.
El anuncio lo hizo ayer en Moscú el ministro ruso de Defensa, Anatoli Serdiukov, tras recibir a su homólogo libanés, Elías Murr. Poco después, el director del Servicio Federal de Cooperación Militar, Mijaíl Dmítriev, precisaba que las aeronaves «serán suministradas al Líbano como una forma de asistencia militar y técnica».
Dmítriev aclaró también que el gasto ocasionado irá a cuenta del presupuesto estatal. Según el responsable ruso, «se está también discutiendo la venta de vehículos acorazados», ya que, añadió, «la situación en el Líbano se ha estabilizado y sus Fuerzas Armadas son el principal garante de esa estabilidad».
Medalla incluida en la oferta
Serdiukov, por su parte, dijo haber recibido de Murr «un listado de las necesidades del Líbano en materia de defensa y vamos a proceder a su estudio». Con motivo del encuentro, Serdiukov impuso a su invitado la medalla al «fortalecimiento de la cooperación militar». Más no se podía hacer.
En noviembre, el líder del bloque que conforma la mayoría parlamentaria en el Líbano, Saad Hariri, ya adelantó que su país se dispone a adquirir en Rusia armamento pesado «a un precio muy ventajoso». El país árabe recibe también ayuda de EE.UU., pero sobre todo en armas ligeras.
El viceprimer ministro encargado de la industria militar, Serguéi Ivanov, afirmó el martes que las ventas de armas superarán los 8.000 millones de dólares en 2008, y la cartera de pedidos rondará los 33.000 millones, cantidades muy superiores a las de años precedentes. Según datos del Instituto Internacional para la Paz , entre 2003 y 2007, EE.UU. acaparó el 31% del mercado internacional de armas, Rusia el 25%, Alemania el 10%, Francia el 9% y Reino Unido el 4%.
Y es que Rusia intenta compensar con la venta de armas la caída de la producción industrial en otros sectores y el descenso del precio del petróleo. En noviembre, la producción en Rusia cayó en un 10,8%, según datos oficiales. En el sector automovilístico fue aún mayor el desplome, un 23.4%. El antiguo consejero económico de Putin, Andréi Illariónov, vaticina una «catástrofe».
Sin embargo, Ivanov sostiene que, pese a la crisis global, «ningún país cliente de la industria bélica rusa ha rescindido contratos». Los principales clientes son China, India, Venezuela, países árabes y repúblicas ex soviéticas. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, llega hoy a Moscú y la compra de armas está en su agenda.
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