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Una chica de 20 años fallece en una fiesta de la discoteca Radical

MANUEL MORENOTOLEDO. Una noche de fiesta en la discoteca Radical, en Rielves, acabó ayer en tragedia para Sara Márquez Solano, una joven de 20 años muy delgada que acudió con un grupo de amigos desde

Una noche de fiesta en la discoteca Radical, en Rielves, acabó ayer en tragedia para Sara Márquez Solano, una joven de 20 años muy delgada que acudió con un grupo de amigos desde la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid. Se encontró con la muerte sobre la camilla de uno de los dos módulos prefabricados que la discoteca instala en el exterior todos los fines de semana que se organizan fiestas, para que sus propios servicios médicos -con ambulancia incluida- atiendan las urgencias que se produzcan en el interior o en el enorme aparcamiento al aire libre.

Hasta esa camilla del botiquín, situado en el exterior y próximo a la puerta de entrada al recinto cubierto, llevaron a la chica para reanimarla, después de que cayera desplomada a las 7.15 de la mañana sobre una de las pistas de la discoteca, muy conocida por sus «fiestas naranjas», a las que acuden miles de personas, desde menores de edad hasta algunos adultos ya maduritos.

Pero nadie pudo hacer nada por ella. Ni el personal de la discoteca ni los servicios sanitarios del 112. Una amiga vio dentro del módulo por última vez a Sara, cómo ésta se marchaba para siempre por los efectos de una fiesta desenfrenada. Era la misma amiga que dijo apesadumbrada que Sara había mezclado alcohol, éxtasis y cocaína en un cuerpo de unos 45 kilos de peso, aunque será la autopsia la que confirme los motivos.

El novio se marchó

Sara, que horas antes había sido atendida en el mismo botiquín del que se marchó por su pie, encontró la muerte sin la compañía de su novio. Éste, que al parecer había arrastrado al grupo a la fiesta, se marchó a la carrera cuando vio lo que se avecinaba, según cuentan testigos de los hechos.

También dicen que por la discoteca, situada en la N-403 (Toledo-Ávila), pasaron alrededor de 21.000 personas en once horas. La fiesta había comenzado sobre las siete de la tarde del sábado y todavía a las ocho de la mañana de ayer se podía ver a menores de edad pululando por la zona. De hecho, y mientras intentaban sin éxito reanimar a Sara, un jovenzuelo de 16 años tenía que ser evacuado en una UVI móvil por un coma etílico.

A Sara no le atendieron los médicos contratados por Radical mientras expiraba porque ya se habían ido, a pesar de que la fiesta seguía. Según un testigo, fueron dos técnicos en transporte sanitario de la discoteca (algo así como socorristas con mejor preparación) los que empezaron las técnicas de reanimación. Luego, llegaron los servicios sanitarios del 112, pero Sara nunca volvió en sí. Se fue para siempre.

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