Christine Delphy «Prohibir el velo en la escuela es un golpe del «lobby» antimusulmán»
«Histórica» del movimiento feminista francés-Se ha pronunciado en contra de la prohibición del velo islámico en la escuela pública francesa. ¿Por qué?-Yo no lo plantearía en términos de por qué estoy
«Histórica» del movimiento feminista francés
-Se ha pronunciado en contra de la prohibición del velo islámico en la escuela pública francesa. ¿Por qué?
-Yo no lo plantearía en términos de por qué estoy en contra de la prohibición, sino de «¿por qué prohibir?». Además, el derecho a la educación es el que ha de prevalecer. Quienes defienden esta medida argumentan que es un entorno familiar dominante el que obliga a las mujeres a llevar el velo. Pero si con este tipo de presiones las apartamos del sistema educativo, las relegamos a una mayor marginación al recluirlas en esas mismas familias. En este debate a quienes menos se les pregunta es a las interesadas. Hay un «lobby» en contra de los musulmanes en Francia que actúa desde hace quince años y que ahora ha dado este golpe para decir: «Nosotros los franceses blancos no os queremos».
-¿Una maniobra sutil y efectiva?
-¡Nada sutil! Pero sí efectiva para arrebatar las esperanzas a esas musulmanas. Es decirles; «Nuestras libertades son para todos, pero no para vosotras». En el fondo, esto responde la actual crisis de la identidad nacional francesa. Pero ya no vale hostigar a estas personas para que se vuelvan a su tierra, porque su país es Francia.
-¿Qué considera más importante como hito social, que se haya elegido a un hombre negro presidente de Estados Unidos, o que se hubiera optado por una mujer, caso de Hillary Clinton?
-Es un asunto complejo, porque en contra de Hillary Clinton ha pesado un sexismo abonado por el partido republicano, que tenía la convicción de que a un candidato negro lo derrotaría después. Creo que ella está más preparada que Barack Obama, pero desde un punto de vista simbólico son equiparables.
-¿Acierta Zapatero con la creación de un Ministerio de Igualdad?
-Sí. Me gusta su política. Es un modelo para todos los países del sur de Europa. España, después de muchos años de retraso, está ahora en vanguardia, con la Ley de Igualdad y la de Violencia de Género
-Tristemente, la ley de Violencia de Género no está siendo muy efectiva.
-Pero, ¿cuántos años lleva en vigor? Sólo dos. Hay que darle tiempo.
-Y la paridad derivada de la Ley de Igualdad da lugar a paradojas: el PP quiso tener una candidatura sólo de mujeres en un pueblo de Canarias y tuvo que retirarla.
-Una consecuencia inesperada no es argumento para tirar todo abajo.
-Creo que usted «objeta» frente a ciertas medidas de conciliación de la vida familiar y laboral.
-No estoy en contra de las políticas de conciliación. Lo único que me preocupa es que la palabra «conciliación» sirva para justificar que las mujeres trabajen el doble, dentro y fuera de sus casas. La reducción de jornada sólo lleva a que no pruedan progresar socialmente y a situarlas en desventaja en el mercado laboral. Las mujeres siguen cargando con el trabajo doméstico en la misma medida que antes, eso apenas ha cambiado en los últimos treinta años. Es verdad que los hombres participan más, pero sólo porque tanto los padres como las madres están hoy en día más implicados en la educación de sus hijos. Al final, al padre le quedan reservadas las actividades de ocio, y a las mujeres las relacionadas con el cuidado de los niños: bañarlos, darles de comer... Como antes.
-¿Es solución que al final el trabajo doméstico lo lleven a cabo inmigrantes? ¡Vuelve a recaer en mujeres!
-Eso no es un problema feminista, sino de clases en el sentido clásico marxista. Aunque esas mujeres estén mal pagadas, son asalariadas, mientras que el ama de casa hace el trabajo gratis.
-¿Languidece el movimiento feminista?
-No ha progresado más por falta de medios. En Francia, las mujeres están dispuestas a pagar cuota sindical, pero no una de activismo feminista. ¡Tienen demasiado interiorizado el machismo!
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