CIVILIDAD DEL PENSAMIENTO ESPAÑOL
Primero, y ante todo, lamento la pérdida de un gran ciudadano, una de las gentes más buenas y más válidas que uno ha conocido. Y después, muchos otros sentimientos que se mezclan y superponen. Sin duda, prevalece el agradecimiento a una labor tenaz y constante para mejorar la civilidad, la calidad y la modernidad del pensamiento español.
En este país no sabemos dar las gracias adecuadamente, y a Julián Marías nadie se las dio. Él nunca reclamó, como hacen tantos otros, ese agradecimiento. Pienso que ahora tenemos entre todos la obligación de valorar su obra, revivir sus mensajes y reconocerle como uno de nuestros grandes pensadores. En la Fundación José Ortega y Gasset nos comprometemos desde ahora mismo a llevar a cabo esta tarea y confiamos en contar con la colaboración de muchos.
Sólo debo añadir, desde mi concepción liberal, que Julián Marías representó al liberalismo y a la sociedad civil en un grado de excelencia. Ha sido y seguirá siendo uno de nuestros ejemplos más admirables.
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