Fumando espero
«A nosotros también nos ha pasado factura la abstención», asegura Héctor Boix, candidato del Partido Cannabis para la Legalización y la Normalización, la gran sorpresa, con más de 50.000 votos en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo
Entre las enmarañadas nubes de la red de internet no es difícil dar con la fumata blanca de la web del Partido Cannabis por la Legalización y la Normalización, la gran sorpresa de las últimas elecciones europeas celebradas el pasado domingo en nuestro país, en la que han obtenido unos resultados más que aceptables (la octava lista más votada en toda España) teniendo en cuenta a lo que aspiraban, tan sólo a darse algo a conocer y a intentar la elección de su eurocandidato, Héctor Boix Cisneros, que no es un «liberado», sino que saca tiempo de donde puede para dedicarse a su particular visión de la política.
La web está bien resuelta y repleta de información, incluso médica, para todo aquel que la desee. En líneas generales, digamos que por aquí respiran: «El Partido cannábico para la legalización y normalización del cannabis es el resultado de la unión libre y voluntaria de ciudadanos, colectivos y asociaciones, dispuestos a defender sus ideas, y conscientes de que la prohibición del cannabis en España no es un problema de salud, ni de seguridad ciudadana, sino un problema político, económico y administrativo».
Fumando esperan, pero de momento, Boix y su partido valoran los resultados como «un superéxito, altamente esperanzadores y como una buena muestra del afianzamiento del partido». Más adelante, además de añadir que «el crecimiento del partido es una realidad palpable y tras enfrentarnos a tres procesos electorales estamos ya preparados para lo que venga», también arriman, como los partidos «serios», el ascua a la cuestión de la abstención, que «posiblemente también nos ha pasado factura, es la abstención más alta que ya se haya producido nunca y es difícil mesurar el efecto que tienen sobre los votantes cannábicos, porque queda claro que éstos como los demás prefirieron la playa y el fútbol a las urnas».
Boix Cisneros también cree que entre su electorado y sus votantes «ha habido de todo, no sólo consumidores y usuarios, también supongo que nos ha votado mucha gente que lo que quería era darle una patada en el culo a los partidos tradicionales», y asegura que «no hay que prohibir, hay que informar seriamente a la gente y fomentar un consumo responsable, porque hay lugares en los que no se debería fumar de nada, ni tabaco ni cannabis, ni nada».
Les tocó la china
Desde luego, económicamente hablando, también les ha tocado la china, como siguen explicando en su web: «Habiendo destinado 3.000 euros en esta campaña podemos seguir presumiendo de tener el mejor ratio euro/voto del mercado (unos 5 céntimos por voto)».
De momento, su candidato no tiene ningún tipo de inconveniente en liarse la manta (no teman) a la cabeza y «recomendarle» a los políticos que fumen marihuana para que cambien su visión del mundo y, por ejemplo, «no hagan campañas vergonzosas llenas de descalificaciones». Por ahora, para el partido «porreta», que por lo que cuenta Boix de «hippioso» tiene más bien poco («hay militantes ingenieros, abogados, médicos, jardineros...») esa visión del mundo ya ha cambiado, hasta el punto de que en vista de cómo les han ido las cosas en estos comicios y rememorando a Marx, Bakunin y compañía ya piensan en «iniciar contactos con formaciones homólogas de América, Europa y Oceanía para crear una Internacional Cannábica que lleve la lucha por la legalización al plano global»,
Esta es la opción internacionalista de una formación que ha sido la cuarta más votada en Castilla y León (4.227 votos), y la quinta en Madrid (6.370 votos), Galicia (3.214 votos) y Cantabria, por ejemplo, sin olvidar esos 6.575 votos de Barcelona. Pues eso, que como humo se va. Y sin extrapolar.
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