Keli Finder Mi casa en mis zapatillas
La campaña publicitaria de las Keli Finder, unas deportivas para «patearse» la ciudad en busca de piso, ha provocado una formidable polémica. Los promotores -el Consejo de la Juventud de España y el Ministerio de Vivienda- sostienen que se trata de dar a conocer una web pionera en la materia, pero la opinión pública echa chispas a través de foros especializados de internet

Contactas haciendo ruido. Si la máxima del Consejo de la Juventud de España (CJE) se cumple, se han producido muchos contactos gracias a las Keli Finder, porque el ruido que han provocado en su aún corta vida ha sido estruendoso. «Hay dos formas de conseguir notoriedad -comenta Juan Nonzioli, director creativo ejecutivo de Shackleton, la agencia que ha diseñado la campaña-. Con mucho dinero o con una idea provocadora. Nosotros hemos apostado por lo último. El 90 por ciento de la publicidad pasa sin pena ni gloria, pero esta vez hemos dado en el clavo y sobreviviremos a la marea». Para los que a estas alturas no se hayan enterado, las Keli Finder son unas zapatillas con las que «patearse» la ciudad en busca de piso una vez que el interesado ha consultado toda la información en el portal www.kelifinder.com, que recoge convocatorias y ayudas en materia de acceso a la vivienda y tiene un servicio de alertas (a través de mensajes SMS y correos electrónicos).
El detonante de la polémica ha sido la inversión del Ministerio de Vivienda (el presupuesto del portal es de 140.000 euros; el de la campaña, en conjunto, 400.000) y que su titular, María Antonia Trujillo, protagonizara la puesta de largo de las Keli Finder el 28 de febrero pasado. El eslogan elegido («Obviamente no podemos conseguirte casa, pero de momento te ayudamos a buscarla») ha provocado sarpullidos en los foros más críticos. El CJE cree que se ha malinterpretado el mensaje. «No hemos fabricado unas zapatillas para buscar piso, sino como gancho publicitario», comentan desde este organismo. «En España, sólo el 41 por ciento de los menores de 34 años está emancipado. Ponemos en marcha una herramienta para ayudar a que se resuelva esa situación, pero si no llegas al público con un mensaje publicitario que provoque que la gente hable de ti, fracasas. El portal hubiera pasado inadvertido, y el trabajo de un año para recopilar y ordenar la información dispersa en materia de vivienda no habría servido de nada. Pensamos que usando un lenguaje joven y en clave de humor conectaríamos mejor con el público al que nos dirigimos».
El portal se colapsó el primer día. El 2 de marzo llegó a su techo de visitas: 80.739, con casi dos millones y medio de páginas consultadas. En una semana acumuló 232.826 visitas y 7,7 millones de páginas vistas. Las zapatillas de marras, 10.000 pares en total, que se regalaban a cambio de rellenar una ficha, se agotaron en pocas horas. La criatura ha cobrado vida propia y ha despertado curiosas susceptibilidades: «Quiere usted escribir sobre las Keli Finder... De acuerdo, pero... ¿sus intenciones son buenas o malas?».
Cambiar el paso
La agencia Shackleton siguió la misma línea de otra sonora campaña que diseñó también para el Consejo de la Juventud de España, la del «referéndum plus», la bebida isotónica para animar a los jóvenes a votar en la consulta sobre la Constitución Europea. «Si cuentas con un presupuesto bajo para lo que se maneja en publicidad, tienes que buscar algún elemento que «cambie el paso» al mensaje institucional más prosaico», señala Juan Nonzioli. «El CJE puede permitirse un tono distendido y humorístico. Pero los medios han interpretado que la ministra se inventaba unas zapatillas en vez de resolver el problema de la vivienda, y se ha tachado la campaña de «esperpéntica», «un insulto a los jóvenes», etcétera. La idea que queríamos transmitir surge de una asociación básica: «keli» («casa» en la jerga juvenil) y «finder» (en inglés, «buscador»). Es decir: una vez que tengas toda la información, vas a tener que andar. Pudo ser un concepto, pero quisimos hacer reales las zapatillas. Y el nombre gustó tanto al Consejo que el portal, que iba a llamarse «ventanilla joven de información sobre la vivienda», fue rebautizado como «Keli Finder». También barajamos la posibilidad de editar un libro en el que famosos escribieran «recetas para emanciparse», pero finalmente la descartamos».
Dos equipos -uno artístico y otro de marketing- trabajaron durante un par de meses para que el portal y las zapatillas echaran a andar.
Contestación en la red
La reacción de los destinatarios, los «kelifinders» de carne y hueso, no parece de conformidad. Sin dejar de lado el humor -tan necesario en estos casos-, dan rienda suelta a su desesperación en la red. En antikelifinder.com (donde ya hay 2.350 usuarios suscritos) se deja un mensaje a los promotores: «Si construyes, vendes o alquilas casas cuyos precios tienen sentido común para los jóvenes, envíame la información y la publicaremos». En panolifinder.com plantean la siguiente pregunta: «¿Eres tonto? Panoli finder te subleva. La ministra debe pensar que los jóvenes somos estúpidos y nos habla en una jerga cachipiruli para que la entendamos. ¿Por qué frenar la especulación, la construcción sin límites, los precios abusivos (...) cuando puedes hacer una campaña patética e insultante?».
Portales como viviendadigna.org dan fe de la preocupación ciudadana por la búsqueda de un techo. Cuenta con varios foros donde miles de usuarios publican sus interrogantes, reflexiones, datos y críticas. ABC dejó una pregunta sobre las Keli Finder. He aquí extractos de algunas respuestas: «La idea del portal para centralizar la información de las diferentes comunidades no está mal -comenta J. L. C.-. Hay mucha dispersión y vienen bien iniciativas como ésta. La polémica se basa en que siendo un tema tan sensible y con el que hay tanta gente que lo está pasando mal, y máxime después de prometer 180.000 viviendas de protección oficial anuales (que luego se quedaron en «soluciones habitacionales» y después en «actuaciones» y otras lindezas de gestión que nos ha regalado esta ministra), lo que no se puede es promocionar una campaña que parece dirigida a niños pequeños (...). La gente quiere viviendas baratas, no zapatillas».
Las cuentas no salen
Otro usuario de esta web, J. M. T., cuenta su historia: «Tengo 24 años. Hasta los 23 estuve estudiando; después, pasé cuatro meses buscando trabajo. Al final, encontré un puesto de becario por 590 euros mensuales (...). En 2006 me han subido el sueldo a poco más de 900 euros, con contrato indefinido. Apenas tengo ahorrados 9.000 euros. El precio del metro cuadrado en la ciudad donde trabajo es de más de 3.000 euros, con lo que un piso de 80 metros cuesta aproximadamente 240.000. Según dicen los expertos no debes hipotecarte por más del 30 por ciento de tu sueldo, por lo que yo tardaría 66,67 años en pagar un piso así, y eso sin contar los intereses... Si quisiera hipotecarme por el 100 por 100 de mi sueldo a 30 años, no podría al ser éste inferior a mil euros; por debajo de esa cantidad los bancos no te conceden la hipoteca. Así que le hago esta pregunta a la señora ministra: ¿Para qué quiero un portal de 140.000 euros si no puedo comprar una vivienda?».
Una de las críticas más comunes es que kelifinder.com deja mucho que desear técnicamente. «El portal está al nivel de un segundo día de un curso de HTML», comenta un miembro del foro. Desde el Consejo de la Juventud reconocen deficiencias: «Aún no funciona a pleno rendimiento, pero lo hará».
Y hay más. «El Ministerio de Vivienda fue un acto propagandístico». «Han intentado ir de «guays», pero hay gente que lo está pasando mal». «Teniendo en cuenta que en la zona en que vivo (País Vasco) se estima que uno de cada cien ciudadanos es policía, propongo que se realicen búsquedas de confabuladores, especuladores y notarios que cometan faltas en el ejercicio de sus funciones». Se habla, y mucho, de las Keli Finder, pero no cabe duda de que las zapatillas han pisado un terreno sensible.
POR MIGUEL ÁNGEL BARROSO FOTOS: SIGEFREDO
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