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ABC Cultural

Fallece a los 87 años Ramon Sabatés, padre de «Los grandes inventos del TBO»

Su obra abarca un amplio número de personajes, como el capitán Microbio, Casemiro Noteví, Sinfufú Sindetikon, Pepe el Gitanillo y la familia Sulfamida

BARCELONA. El dibujante catalán Ramon Sabatés i Massanell (Llinars del Vallès, Barcelona), creador de «Los grandes inventos del TBO» que ideaba el profesor Franz de Copenhague, falleció ayer a los 87 años, en un asilo de ancianos de Sant Just Desvern, en la misma provincia que le vio nacer, según han confirmado fuentes de la familia. Sabatés padecía una enfermedad cerebrovascular que fue mermando sus facultades y que, durante los últimos meses, le mantuvo postrado en la cama sin casi poder ni hablar.

Creador de más de un millar de viñetas de «Los grandes inventos del TBO», durante la década de los setenta y la primera mitad de los ochenta, Ramon Sabatés ideó el personaje del profesor Franz de Copenhague, que proponía inventos como monedas cuadradas para evitar que rodasen y se perdiesen, un paraguas con supletorio para resguardar a la vez a un hombre alto y a otro bajo, un porrón que permite beber sin dejar de trabajar, un artilugio mecánico para que las amas de casa pelen las patatas al tiempo que mantienen la línea haciendo ejercicio, o una plataforma que permite encaramar los coches a las farolas y solucionar los problemas de aparcamiento.

Defendía que todas sus invenciones podían fabricarse. Sin embargo, la obra de Sabatés abarca un amplio número de personajes como el capitán Microbio, Casemiro Noteví, Sinfufú Sindetikon, Pepe el Gitanillo y la familia Sulfamida. Perito mecánico y diplomado en Botánica Medicinal, Sabatés fabricó en su taller algunos de sus inventos y, además de dibujar sus viñetas en el TBO, publicó también tiras cómicas en «La Vanguardia», trabajó para el «Saturday Evening Post» y realizó ilustraciones para portadas de novelas y revistas femeninas. Escribió también diversos cuentos infantiles.

Ramon Sabatés puso a la venta, en los últimos años, cincuenta de sus originales para mitigar sus graves problemas económicos. Sus dibujos fueron adquiridos por el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona, que organizó una exposición de su obra en abril de 2002.

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