Las operaciones de cambio de sexo cuestan entre 9.000 y 24.000 euros

MADRID. La transexualidad no sólo tiene una vertiente jurídica en torno al cambio de sexo y nombre en el Registro Civil, sino también, y más importante, un trasfondo sanitario. Hoy día, el Sistema Nacional de Salud no incluye como prestación ninguno de los tratamientos e intervenciones quirúrgicas necesarias para modificar morfológicamente el cuerpo de un hombre o de una mujer al sexo opuesto que realmente siente. Y, precisamente, asumir ese proceso desde la sanidad pública era otro de los retos propuestos en el programa electoral socialista.
De momento, el Ministerio de Sanidad sólo ha anunciado que realizará un estudio económico sobre el coste que supondría a las arcas públicas la financiación de las operaciones de reasignación de sexo a las personas transexuales. Pero en cualquier caso, y cueste lo que cueste, la titular de esa cartera, Elena Salgado, anunció en julio que serán finalmente las Comunidades autónomas quienes decidan «por consenso» si esa actividad asistencial se incorpora a las prestaciones.
Mientras el Ministerio elabora esa propuesta, algunos estudios ya han dado a conocer las cifras que se barajan sobre este asunto. Por ejemplo, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (Seen) estima que en España existen entre 2.000 y 3.000 personas con trastornos de identidad de género, de las cuales, al menos, el 50 por ciento son candidatas a la cirugía de reasignación de sexo. Sólo unas 60 serían intervenidas quirúrgicamente cada año en los hospitales.
Por ahora, el coste de las operaciones en la última fase de reasignación de sexo sólo se puede estimar a través de la sanidad privada. «Entre 9.000 y 12.000 euros de hombre a mujer y el doble en el caso contrario, pues las intervenciones resultan más complicadas», explica Antonio Becerra, endocrinólogo del hospital Ramón y Cajal de Madrid y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares. «Pero no se puede calcular exactamente -matiza Becerra- pues cómo averiguar cuánto cuesta las veces que estas personas han ido a urgencias, o a un psicólogo o a un endocrinólogo debido a su condición».
Elevado riesgo
Estas cirugías en hospitales privados tienen un elevado riesgo, según Becerra. «Son operaciones muy delicadas que pueden causar efectos secundarios (fístulas, infecciones, embolia pulmonar, necrosis...). Si las practican personas poco expertas se pueden desencadenar problemas muy importantes». Por eso, este endocrinólogo es partidario de crear cinco o seis unidades multidisciplinares, públicas, en todo el país que se ocupen de todo el proceso de reasignación de sexo.
Sólo Andalucía y Extremadura tienen incluida esta prestación. El hospital Carlos Haya de Málaga es el encargado de las intervenciones. Pero las asociaciones denuncian que sufre una lista de espera de 300 personas, porque son derivadas de otras Autonomías.
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